Si uno necesita encontrar evidencias empíricas para desmontar silencios, tirar al olvido libros que se transformaron en folletines, observar con pruebas irrefutables el sentir y pensar de una parte de la clase media alta y ver realmente los objetivos de la oposición venezolana, simplemente resuelve todo eso con elaborando una pequeña lista de acontecimientos (hechos) sucedidos muy recientemente que no dejan lugar a ninguna dudas para entender la miseria en la que se ha transformado el accionar político de estos grupos de la oposición y comprender la desgracia que pesa sobre lo que le queda de físico a Teodoro. Dije físico y no humanidad y estoy consciente de la diferencia.
Todos los hechos o eventos son muy transparentes y muy fáciles de observar sin necesidad de ajustar mucho el ojo, el oído y el entendimiento. No es un requisito disponer de una consciencia muy apegada a algún ideal. Simplemente uno se tropieza con ellos y las relaciones se ofrecen sin necesidad de procesarla. Sin embargo, hay un hecho muy tangible que comunica también la eficiencia de la política comunicacional de estos grupos, que se expresa en ciudadanas y ciudadanos que socialmente deberían estar de este lado, pero piensan y actúan como lo sugiere Globovisión y todos los “intelectuales” y analistas de la oposición.
La gran crisis bancaria de Venezuela en el gobierno de Caldera esta ahí “fresquita”. Teodoro con su “izquierda buena y democrática” también estaba en Venezuela. Fue un acontecimiento que llevó a la ruina a cientos de venezolanos ricos y pobres que tenían sus ahorros en esos bancos. Teodoro siendo (según él) de la “izquierda buena y democrática” no alertó sobre la crisis ni sugirió un mecanismos para favorecer a los más débiles. Era como muy elemental que se “resteara” con lo más débil, no porque lo dijera un manual de la “izquierda buena y democrática” a la que Teodoro ha pertenecido toda la vida, sino porque una persona de buenos sentimientos tenía que haber actuado defendiendo al más débil. Una persona que pudo pasar por el PCV y fue fundador de un partido (El MAS) que en su inicio entusiasmo a mucha MAS, pudo haberle quedado algo de humano.
Es posible que se diga: Teodoro creyó conveniente asegurar la “salud” del sistema financiero venezolano y evitó emitir alguna opinión al respecto y sugerir una salida más cerca de los valores que aparentemente son propios de la “izquierda buena y democrática” de la que es como el padre. No fue así y ahí (como diría un vulgar empirista) están los hechos. Teodoro el de la “izquierda buena y muy democrática” no fue muy diligente, no opinó mucho y por acción u omisión, apostó por darles miles de millones de bolívares a los banqueros que luego dejaron al país y llevan vida de reyes en Europa o Miami. La Diferencia es fácil de observar, pero no necesitamos observarla, porque eso no cambia mucho la situación; necesario es tener consciencia de eso, porque el silencio de la oposición y de los grupos de poder o la volteretas explicativas que esos grupos ofrecen sobre este acontecimientos, comunican que su línea: Favorecían a los banqueros y lo dejarían salir del país para allá repartirse la cochina.
Tuvo Teodoro otra linda oportunidad de poner a prueba su vinculación con lo ideales y altos valores de su “izquierda buena y muy democrática” que dice representar y ser su papá. Hubo una comisión que conocimos como la tripartita (también con Caldera y con Teodoro de Ministro) y en esa comisión, Teodoro pudo mostrar y demostrar que le interesaba el pobre, el trabajador humilde y no humilde, sin embargo, el Teodoro de la supuesta “izquierda buena y democrática” volteó otra vez hacia el poderoso y dejó a los venezolanos sin mucho. Esta el hecho (decisión) y está también el discurso que ofreció en el acto definitivo de entrega de una conquista que no fue un regalo de la burguesía venezolana. El Teodoro de la “izquierda buena y democrática” entregó una bandera y una lucha a Fedecámaras.
A pesar de esos de monumentos de hechos que serían suficiente para definir a Teodoro como un miembro notable de esos roedores muy urbanos que ganaron fama en la pluma de Albert Camus; la vida y su historial como “izquierdista bueno y democrático” le ofrecen todos los días la oportunidad de escribir como un “izquierdista bueno” los editoriales de Tal Cual. No es tanto lo que dice en los editoriales de Tal Cual, es como aborda ciertos hechos y aunque alguna vez dijera una verdad; el hedor a rata se capta muy rápidamente. Tómese cualquier editorial (desde el primero hasta el último) y una vez leído, vera salir de ahí, con el mismo aspecto (tal cual) la rata que deja la cloaca para salirse por un rato de su rutina. Ha podido tener un comportamiento más decentito, pero no hay que olvidar que así terminan. No es que dejaron de creer, porque es probable que se tenga otra visión de las cosas, pero abandonaron cualquiera posibilidad de un razonamiento. Soy de lo que pienso que hay reales temas y problemas para hacerle oposición a Chávez desde la izquierda.
Pero para mi satisfacción y entendimiento, Teodoro no es una cosa de esas que desde este lado, puede ser calificado como esos roedores que Albert Camus utilizó para tratar temas tan humanos como el de la solidaridad y de la cobardía. Esa calificación es la menos importante, porque la que verdaderamente interesa no es la que yo pueda tener sobre este personaje, sino la que tienen los actores donde se mueve y para quien hace propaganda. Ahí no hay la opción para usar el adornito de roedor en vez de rata. En ese mundo donde se mueve y para quien hace propaganda, no se lo dicen ni lo escriben, pero es suficiente con escuchar (en privado) a un alto dirigente de la oposición hablar de Teodoro. Si no cree en esta desgracia, pídala a un amigo escuálido del segmento “media alta”, una opinión sobre Teodoro y compruebe la desgracia que tiene que vivir ese señor. Si le dicen que es una rata, tenga la seguridad que lo están tratando muy bien y con educación, porque la imagen o idea que tienen es peor.
evaristomarcano@cantv.net
