Salto de talanqueras... ¿Cuál es la sorpresa?

En la política nuestra sigue pasando de todo. En menos de lo que canta un gallo el PSUV se convirtió en la organización política más numerosa de Latinoamérica, gracias al liderazgo de Chávez. En algún momento de esta historia patria los venezolanos vivimos la hegemonía adeco-copeyana que parecía no tener fin, hasta que el mismo pueblo se cansó de tantos engaños, demagogias, populismo, caradurismo, corrupción y todo tipo de mañas que durante casi un siglo predominaron y se afianzaron como modelo. Hablamos entonces de una cultura política venezolana cuyo a,b,c tiene sus raíces en el Pacto de Punto Fijo y sus principales protagonistas.

Pareciera que pocos dirigentes actúan de manera diferente a ese modelo que indudablemente hechó raíces. Conste que no basta el discurso y las declaraciones en los medios. Si partimos del hecho concreto de una mayoría de compatriotas que conforma hoy el partido que comanda el Presidente Chávez viene de las propias filas de los partidos de la cuarta república, es normal que estemos en presencia de una confrontación titánica entre el pasado que se niega a morir y el futuro que nace en medio de tantas contradicciones. Y seguramente esto justifique los saltimbanquis y maromeros que saltan muros y talanqueras sin el menor pudor.

Que nadie se sorprenda. Y que nadie se alegre por las deserciones. Si la oposición, por ejemplo, ha pretendido hacer leña de algunos árboles que se han caído, está bien equivocada. Que se miren ellos en su propio espejo para darse cuenta que no terminan de ponerse de acuerdo en lo más mínimo y seguramente en lo fundamental para ellos como es precisamente tener una política de oposición. Se equivocan a cada paso que dan y si no fuera por Globovisión, RCTV, El Nacional y otros medios que le sirven de plataforma, nadie se acordara de ellos. Y si en su desesperación hacen alarde de un ponche para Chávez que no es tal a sabiendas que vienen muchos turnos al bate. Ellos no solamente son batequebraos sino que no pegan una porque a diario mean fuera del coroto.

Que quede claro. Vivimos una transición que no puede ser eterna porque se hace peligrosa. El berrinche electoral no puede seguir siendo la sustancia y el norte. Lo viejo se resiste, y tiene portavoces y defensores encubiertos en las propias filas del proceso. El reto sigue siendo esa necesidad urgente de terminar de construir junto a los trabajadores y todo el pueblo en general el Partido que por el camino de la claridad ideológica y la organización guíe la Revolución Bolivariana.

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Juan Azocar


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