Ante de entrar en consideraciones pertinentes acerca del escrito de los 18 economistas, quiero confesar que seguramente no calzo los niveles académicos de la mayoría de ellos, no obstante más allá de ese “nivel”, puedo decirles que lo que me mueve a replicar fundamentalmente es esa combinación casi paranoica entre la economía y la política, que además manejan descaradamente pero que en ningún momento del escrito señalan como es el planteamiento distinto a lo que conocemos como nuevo liberalismo, no lo van a hacer, porque eso es precisamente, lo que carcome sus acendrados conocimientos teóricos. La política cuando se convierte en misión y visión, hace desaparecer los verdaderos alcances, señores es un problema ideológico, no pierdan su tiempo, dando clases de economía burguesa clásica aderezada con tintes liberalizadores.
Veamos, ustedes dicen que el camino actual conduce al fracaso económico, la pobreza y la pérdida de libertades, es una consigna hecha frase, un caliche de quienes se oponen a la construcción de una nueva sociedad, ese es el fondo, por tanto es un problema ideológico, no económico. Durante muchos trimestres el PIB fue positivo y no se atrevieron a decir lo que dicen ahora, o es que acaso un país, se derrumba de pronto porque la crisis mundial lo arrastra, o es que no estaban presentes. El fracaso económico bajo que términos y alcances se refieren, o es que aspiran a que el poder político de nuevo esté a las ordenes del poder económico, es cierto hay un problema estructural severo en cuanto a la diversificación económica, pero han apostado a que esto sea de esta manera, que difícil será entender que la soberanía de un país, comienza por la independencia de sus decisiones de tipo económico, alejadas de cualquier factor de presión económica y/o financiera.
El colega Héctor Garzón, define muy bien las características ideológicas que subsumen a estos “académicos”, echando por tierra los conocimientos que muchos de ellos impartieron sobre la Economía Política, es por ello, que la amnesia se convierte en rivalidad de ellos mismos al pretender ignorar, de eso se trata, la realidad venezolana, trasponiendo sus “querencias materiales”, ante las cuales rinden un culto al conocimiento en cautiverio, donde el congelamiento de la teoría pasada, los convierte en gnomos de la economía, que desfachatez y que simplismo. Todo ello, nos hace pensar que la comodidad puede más que la ideología que marginalmente en muchos de ellos, pasó en alguna etapa de sus vidas universitarias y políticas.
No vale la pena, referirnos a la contraposición que se desarrolla entre un criollo, venezolano venido a menos desde el punto de vista del gentilicio y un profesional cuyo epicentro de vida es el sionismo, por ende de la defensa a ultranza del capitalismo hecho vida cotidiana. Cabe mencionar que quienes suscriben semejante documento, al menos una buena parte, combatieron lo que hoy defienden, preguntándonos hoy y con bastante razón, a quienes combatían, porque la demostración de una ficción hecha “lucha” fue un chispazo de inmadurez y hoy encarnan lo que siempre fueron, inconsistentes o la caída del muro de Berlín, les enseñó que el capitalismo les ofrecía mejores ventajas comparativas, es por ello, y múltiples razones adicionales que el problema es ideológico, es la concepción individual del estar mejor que pasando trabajando por una causa que consideraron perdida.
Si efectivamente, Venezuela necesita cambiar de rumbo, pero no para volver al pasado hecho transnacional y entreguista, por el contrario, el desarrollo de la opción socialista que tanto los llena de “miedo” institucional, pondera el equilibrio, entre lo económico y lo social, es una alternativa ante el mundo que se desvanece en el medio de la nada, es la hora de quienes ven a su patria en el contexto universal, como soberana y ejemplar, no habrá marcha atrás, lamentablemente quienes hoy tienen circunstancialmente en sus manos la formación de economistas, no tienen nada más que ofrecer que sus odios contra algo que nos les ha quitado ni le quitará nada, a no ser, que estén pensando, los convierta en profesionales de la mentira, como lo es todo el texto que elaboraron para complacer sus propios miedos.
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