(ENSARTAOS.COM) Otra vez, ante una muerte terriblemente dolorosa en la que todos somos culpables. Dejamos al Inca Valero solo, lo abandonamos, un joven de El Vigía, proveniente de una familia muy humilde que llegó a conquistar a gran parte de los aficionados al deporte en Venezuela. Un muchacho inteligente, arriesgado y que amaba profundamente a su país, al Presidente Chávez. Y por eso mismo se pusieron en alerta lo eternos enemigos de nuestra patria para perderlo. El Inca cayó en malas migas, lo incitaron a beber licor y quien sabe a tomar cuántas otras cosas. No tuvo un médico a su lado, a consejeros a su lado, a gente que le ayudara y que protegiera tantos enemigos que desaforadamente buscan que nuestro país no se distinga en nada: él que era una gloria nacional.
De por sí el boxeo es terrible por los golpes que se reciben en la cabeza, por las durísimas pruebas físicas a que se somete al cuerpo y por el training diario que exige esta disciplina. Y a ese joven se le dejó a la deriva. En cuanto supe que él había matado a su esposa y que luego tomó la decisión de ahorcarse, sabía que la oposición haría fiesta con esta desgracia. Y efectivamente lo primero que han hecho difundir los medios de comunicación, ha sido la devoción que tenía el Inca por el Presidente Chávez y hacer notar sobretodo el tatuaje que llevaba en su pecho.
Basta ver como el sanguinolento diario “El Nacional” coloca en su mancheta, que siempre viene machada de odio y de miserias contra nuestra patria: “Boxeo por la vida y perdió por KO”.
El hijo de puta Pedro León Zapata le dedica su bazofia y coloca el comentario: “EL INCA PERDIÓ LA ÚLTIMA PELEA”, porque esos dementes siempre estaban ansiando que el Inca fuera derrotado. En todas sus peleas apostaron por el contendor del Inca, así como apostaron por la derrotas nuestras en las Olimpíadas, en el mundial de Béisbol, en los juegos Suramericanos, etc.
Desde hacía cerca de un año Valero venía teniendo problemas con el alcohol, reñía, agredía a su esposa e incluso a su madre. Entonces debió actuarse rápidamente. Las últimas agresiones a su mujer fueron muy graves, y las autoridades ineptas tomaron aquello como que si fuesen meros problemas de pareja en los que no debían intervenir. Se retrasó el plan que existía de llevarlo a Cuba, nadie le acompañó en esos últimos días aciagos de su gravísima situación, y entonces nos encontramos con ese cuadro horriblemente trágico que ha consternado a gran parte de la nación.
Hay además que tener en cuenta que ese tatuaje que se hizo en el pecho un tatuaje con el rostro de Chávez sobre una bandera de Venezuela, ejerció enormes presiones sobre en el mundo entero, contra los cuales también debía luchar. Era incluso un enemigo mucho más fuerte y poderoso que los contrincantes que le echaban en el ring. A éstos los podía noquear fácilmente, pero aquellos eran terribles, diarios, como fantasmas que te aparecían por todas partes y a los que no puedes en regla liquidar ni con razonamientos, generosidades o con los puños. La locura bestial de ese desaforado escualidismo que está causando estragos en Venezuela, producto de dejamos y dejado actuar mucho tiempos a medios criminales como Globovisión y El Nacional. Pues bien, a causa de todas esas locuras, presiones y avasallamiento externo e interno contra revolución, por esa devoción por el Presidente Chávez y fundamentalmente por el tatuaje, se le negó otorgarle una nueva visa para reingresara a Estados Unidos. Un cuadro que en otros terrenos todos los venezolanos que apoyamos esta revolución lo sufrimos diariamente. Qué terrible, qué vaina, qué pena tan irreparable.
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