La construcción del poder popular

La construcción del poder obrero ahora poder popular, es un tema histórico que ha sido visto por los ideólogos del socialismo con diversas aristas y hasta estos tiempos no existe una formula exacta para su ejecución, porque como raíz del socialismo debe nacer desde lo profundo de la conciencia de clase de la trabajadora y del trabajador y sus aliados, estudiantes, intelectuales y comunidad;  en consecuencia alimentada por la idiosincrasia de los pueblos.

En Venezuela estamos dando pininos que requieren ser sustentados y fortalecidos a través de la discusión abierta, diáfana y participativa, para desmontar las matrices de opinión que están siendo generadas desde sectores adversos al proceso bolivariano y que de alguna manera tienen contacto con  trabajadoras y  trabajadores, como está ocurriendo en las empresas básicas, donde sectores sindicales a través del espectro mediático están presentando como traidores a la clase obrera a los camaradas que aceptaron el reto  de convertirse en trabajadores conductores del proceso de recuperación y cambio de modelo de las empresas fundamentales para el desarrollo del Estado Socialista, comunal que proclama el líder presidente, Comandante Hugo Rafael Chávez.

El sindicalismo economicista que propugnan sectores que se niegan a aceptar los cambios surgidos en nuestro país concibe como insólito que sean los trabajadores y trabajadoras libres del látigo del capataz, quienes dirijan las actividades en un centro de producción social.

Por eso hay que insistir en la discusión permanente que permita al trabajador y trabajadora, convencerse, que solamente con el control de los centros de producción y la distribución de sus frutos, como elementos para satisfacer las necesidades sociales  colectivas, es que podemos alcanzar la liberación definitiva.

El engaño con los estímulos económicos individuales solo propende a esclavizarnos a convertirnos en productores de mercancía, “cumplidores de nuestro deber” y cuanto mayor la producción mejor para el capitalismo. Eso también nos conduce a dejar de lado los estímulos colectivos, que sí van en función de mejorar la producción social y la construcción de las bases del Socialismo del Siglo XXI, que está naciendo en Venezuela, Suramérica y el Caribe, con nuestras raíces, el indosocialismo bolivariano.

En estos tiempos cuando el capitalismo mundial se está desplomando, auto consumiéndose, como consecuencia de las dificultades para encontrar las fuentes que le permitan sostener su voraz estilo consumista, producto del despertar de los pueblos del mundo, es el momento de arreciar la prédica ideológica entre nuestros camaradas trabajadoras y trabajadores, tal como lo hace el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías.

Necesario es tomar conciencia que las bondades del capitalismo son un espejismo, que solo persiguen enajenarnos.

Está  claro que las debacles cíclicas del capitalismo las pagamos las trabajadoras y trabajadores, porque potencian nuestra miseria. Basta con pasearnos un instante por Estados Unidos, donde ocho millones de ciudadanos han ido a engrosar las filas del desempleo, producto de la estafa histórica mundial que montaron los magos del mercado y donde sobraron dólares para el salvataje bancario, pero no para preservar los puestos de trabajo de quienes viven de un salario.

Otro tanto ocurre en Europa, especialmente en Alemania y Grecia donde los gobiernos han aplicado las recetas del FMI que están estrangulando a los más necesitados y en consecuencia generando airadas protestas, lo que se  constituye en mayores dificultades para el gastado sistema capitalista.

Esta realidad tiene que ser aprovechada para fortalecer la unidad de la clase obrera, campesinos, estudiantes, intelectuales y comunidades organizadas para avanzar en la construcción del poder popular, a través de la práctica de la solidaridad, la inclusión, el amor por nuestro pueblo y el apoyo al camarada por aquella máxima socialista que reza: De cada quien, según sus capacidades y a cada cual según sus necesidades.

Porque cuando proclamamos el socialismo, estamos proclamando: la igualdad, el respeto, la solidaridad, la entrega, la discusión como herramienta para educar y fortalecer el planteamiento ideológico y el amor revolucionario para liberarnos de las rémoras del capitalismo, que nos alimenta la soberbia, el egoísmo y el odio, enemigos de nuestra propia conciencia y del  alma, que como elementos espirituales, son moldeadores de la conducta humana.

La contradicciones del capitalismo como lo sostiene la tesis marxista leninista genera sus propias herramientas de destrucción, que en este caso son la clase obrera y sus aliados naturales, campesinos, estudiantes, intelectuales y en Venezuela, las comunidades organizadas, que están obligadas a formar un solo frente contra el sistema capitalista, porque la clase obrera por si solo no puede construir el poder obrero, sino ser la vanguardia para propiciar el parto del poder popular.

Periodista (*)

CNP 2414

cd2620@gmail.com

cadiz2021@yahoo.es 



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Cástor Díaz (*)

Periodista CNP 2414

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