Anton PANNEKOEK
Es vergonzoso y antiético lo que está sucediendo en las empresas básicas de Guayana, nadie dice realmente la verdad, de la lucha de todo tipo de intereses desatados en esas factorías. Es importante reconocer el fracaso la implementación del Control Obrero, creado con todos los vicios del sindicalerismo adeco, lo primero que tenía que hacerse es la escogencia del control obrero a través de la participación de los trabajadores en unas elecciones para seleccionar sus dirigentes. Porque finalmente el control obrero es la repuesta del movimiento obrero para arrebatar al capital el control de las empresas, pero no puede ser que se repita la historia del Banco de los Trabajadores de Venezuela (BTV), donde a los sindicalistas, actuaron como grandes magnates y se convirtieron en banquero, ahora pretender ser traders del Aluminio. El control obrero no puede desvirtuar su papel y en el anteproyecto de Ley de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras lo define así: “Una de las organizaciones fundamentales del poder popular, concebida específicamente para la participación protagónica de los trabajadores y trabajadoras en el ejercicio real y efectivo del control sobre los procesos productivos y administrativos y para ejercer la dirección de los procesos sociopolíticos en los centros de trabajo y áreas de actividad laboral en general, incidiendo de manera protagónica también en la dinámica social, política, económica y cultural del proceso revolucionario venezolano, con el fin de crear las bases materiales y espirituales para la construcción, consolidación y desarrollo de las relaciones socialistas de producción.
No son organizaciones sindicales ni sustituyen las funciones propias de estas, aunque pueden compartir responsabilidades y apoyarse mutuamente, sobre todo para formar la conciencia de clase, procurar la unidad de los trabajadores/as y salvaguardar sus derechos sociales, económicos, culturales y políticos”.
Si las empresas productoras de aluminio tienen una profunda crisis económica, financiera, operativa y tecnológica, hay una más difícil que resolver que es la moral y la ética. La palabra conciencia de clase parece no existir en la mente de los supuestos revolucionario, quienes ideológicamente tienen una mezcla de ideas de Eudomar Santos, Manuel Rosales y Carlos Marx; aquí está el meollo del problema de las empresas básicas, además la dirigencia laboral no ha dado muestra de honestidad y transparencia en la dirección del proceso de los trabajadores, aun sin nombrar sus otras falencias como es la capacidad gerencial que convierte a estas empresas en ineficaces, ineficientes y burocráticas, además de los ingredientes del clientelismo político y el nepotismo. Si se pide sacrificio a los trabajadores, lo altos funcionarios del gobierno y la alta gerencia de las empresas tienen que dar el ejemplo de honestidad, sacrificio, solidaridad y transparencia en la conducción de las empresas.
En las empresas básicas impera es un gran desorden y un caos, lo que la gente llama bochinche, hay mas caciques que indios. La mayoría de los irresponsables y flojos quieren pertenecer al mal entendido control obrero. Cuántos trabajadores están de permiso remunerado y cobrando por turno permanentemente en VENALUM, ALCASA y SIDOR, por nombrar las tres empresas con mayor nómina. Son los mismos vicios de Ad y Copei que sus pseudos dirigentes y seguidores de los jefes sindicales tenían permisos sindicales por diferentes organismos y fundaciones que tenían para medrar del Estado, CTV, FetraBolívar, Fetrametal, INFORCASIN El INAESIN y la Fundación Gonzalo Barrios entre otras servían a los intereses de los partidos AD, Copei, URD y otros.
El control obrero tiene que exigir al gobierno nacional la inversión para sacar estas empresa adelante, es necesario la adecuación tecnológica, asimismo, deben tener la suficiente moral y ética para exigir sacrificio a los trabajadores, estas empresas no deben tener de presidentes individuos con mentalidades arcaicas y que se quedaron en la época de la colonia que creen que desarrollando casaberas y haciendo ollas y vasijas de aluminio vamos a tener independencia tecnológica, lo que hay que hacer es abrir el camino a la ciencia y a la tecnología para poder desarrollar nuestra propia soberanía económica.
Si buscamos fortalecer el control obrero debemos escoger los mejores trabajadores por sus capacidades creadoras y llamarlos a incorporarse al trabajo en su respectivo turno, que tenga permiso solo los días de reuniones. Esto debe ser normalizado a través de una Ley y deben ser electos en sufragios que se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas y secretas. Deben ser un trabajador idóneo, probo y responsable, no puede ser un flojo que se convierta en un negociante con los proveedores, metido en cuanto negocio perciba, los corruptos deben estar fuera del control obrero.
Las perversiones en el mundo sindical, reñido ante cualquier norma moral y ética se practica en ALCASA y VENALUM, donde miembros del FBT, aliados con la derecha mantienen una guerra fratricida con los presidentes de ambas empresas, se busca es el control total de estas empresas para ponerlas al servicio de sus intereses grupales, personales y económicos, nombrar gerente y los apetecidos cupos de aluminio están en juego, se menciona que ahí están las manos metidas de las trasnacionales del aluminio. Lo que sucede es que a veces se confunden los protagonistas y sus intereses son muy similares. La lucha de fracciones del PSUV es un espectáculo denigrante, lo que sucede en ALCASA es un hecho ilógico y nadie puede apoyar este tipo de acción, que pone en juego lo poco que queda de esa empresa. Esta la FBT aliado con la derecha para perjudicar la empresa y los trabajadores con el cuento de una presunta lucha reivindicativa, problema que nadie niega, las deudas de los pasivos laborales, son enormes en la mayoría de las empresas básicas, a veces creado por las mismas instituciones y después interviene el sindicatos y abogados llevándose un significativo porcentaje de estas reivindicaciones. Creo que los verdaderos y auténticos trabajadores deben pronunciarse, porque la tarea más importante actualmente es salvar estas empresas y exigir al gobierno nacional un plan de inversión para hacerlas productiva y así poder crear beneficios sociales para los trabajadores y la comunidad. Si no hay producción como se pagan las deudas. Son innumerables los problemas técnicos y financieros de estas empresas, la falta de insumos, no hay materia prima, no existe un stocks de repuestos para hacer los mantenimiento correctivos y programados, las deudas con los proveedores las numerosas celdas desincorporadas y la pésima administración centralizada, son los problemas a resolver en estas empresas.
El presidente Chávez debe intervenir y poner orden al caos reinante en las empresas, nadie está cumpliendo su papel de revolucionario, que es lograr que estas empresas sean productivas para generar bienestar social a los trabajadores y al país, pero falta conciencia política y de clase para ser la vanguardia del proceso revolucionario venezolano.