Cuando uno camina por nuestra bella patria y habla con compatriotas de todos los sectores, hay un reconocimiento unánime y diferencial hacia nuestro Gobierno: somos sensibles a los requerimientos de los más frágiles, de los que necesitan la ayuda ahorita, no mañana.
Sus sueños todavía son pequeños, porque durante 40 años padecieron la postergación más brutal de Sudamérica en un país millonario. Tiempos superados donde cada jornada era una dramática batalla para resolver lo más básico: la sobrevivencia de sus familias.
La Revolución va generando avances positivos. Hoy hay una variedad de planes y programas sociales en ejecución que aportan soluciones de educación, salud, alimentación y techo a más de 5 millones de humildes venezolanos que tienen todos los derechos de igualdad que les asigna la Constitución. Estos son los logros que defenderemos siempre. ¡Las conquistas sociales son irreversibles para nosotros!
Sectores más resistentes al cambio, los empresarios importadores por ejemplo, ya comienzan a planificar como reinventarse con una reingeniería adecuada a los tiempos presentes y futuros. Eso es muy bueno. Eso le sirve a la Nación. Sobre todo si se hace con mentalidad positiva y en equipo.
Nosotros, desde el Ministerio de Comercio, seguiremos poniendo corazón y garra en todo momento. Con una dedicación 7 x 24: los 7 días de cada semana y las 24 horas del día, pendientes y listos para accionar donde fuere necesario, y mucho más, con su participación por el 0800 RECLAMA.
El pueblo quiere ser escuchado y nosotros lo hacemos plenamente. El diálogo económico con los actores del ciclo comercial, públicos y privados, trabajadores y empresarios, está vivo y permanente donde corresponda, da resultados óptimos en todos los niveles: costos y precios justos, abastecimientos inteligentes crecientes y en la conquista de nuevos mercados internacionales.
El Papa Francisco nos dijo en estos días: “No tengan miedo, la vida es para jugarla, no es para guardarla. Jesús dice que el que cuida demasiado su vida termina perdiéndola. La vida es para darla. No tengan miedo: hay que apostar a cosas grandes y no a pequeñas cosas”.
Compatriotas: ese es el camino. Asumir las responsabilidades y cumplirlas con patriotismo y honestidad. Es lo que hago cada día. Jugarme la vida por Venezuela porque lo merece todo. Cuento con ustedes. Tenemos todo para vencer. ¡Seguro que lo lograremos!
Un gran abrazo a todos.