Ante los escenarios actuales de profundización de la crisis global del capitalismo nosotros el pueblo debemos reflexionar de manera obligada sobre nuestro papel histórico, pues nos estamos jugando en estos días del año 2015 el futuro de una sociedad socialista, es decir la tarea fundamental de estos días es lograr convencernos de que la construcción de nuevas relaciones sociales son posibles en el seno de nuestro pueblo.
Lo que vemos en las calles de Venezuela con motivo de la guerra económica es la pérdida de la solidaridad y la agudización de un ambiente egoísta producto de una competencia generada por la guerra declarada por la burguesía parasitaria a nuestro pueblo. Recordemos que el sistema político liberal burgués copió la forma como se mueven los productos en el mercado a través de una competencia malsana en nuestra sociedad, nos han puesto a competir por alimentos y productos de primera necesidad en una selva donde cada día los mismos están más limitados.
Ya no es solamente creer que existen una serie de bienes materiales que nos van a satisfacer necesidades creadas por el aparato ideológico imperial como herramienta de reproducción del capitalismo, si no que entramos en un peligroso sistema de supervivencia donde vivirá el que se mantenga al margen de la dinámica capitalista de ganar dinero aprovechándose del acaparamiento, el bachaqueo, la especulación, la trampa y la corrupción, todo aquel que siga por este camino tarde o temprano pagará las consecuencias, pues el pueblo organizado deberá asumir la responsabilidad de ser gobierno comunal para normar la vida en la sociedad.
Son muchas las historias que escuchamos de desesperación ante la falta de algún producto, otras muchas son las historias de acaparamiento y especulación en los sectores populares en donde el afectado y el "beneficiado" viven en el mismo barrio, en la misma calle. Muchos son también los momentos donde funcionarios de instituciones que deben cumplir el mandato de la constitución entran en esta vorágine de explotación y aprovechamiento del momento de crisis para también llevarse su tajada.
Estas reflexiones duras en el campo ético y moral, debemos hacerla todas y todos, cada uno de las y lo que nos sentimos responsables de lo que sucede y que asumimos como propio el legado histórico del comandante Chávez en la lucha revolucionaria. Estamos llegando al llegadero, pero que nadie se equivoque, no es culpa e Chávez, no es culpa e Maduro, tenemos que darnos cuenta que estamos reproduciendo un sistema que nos divide, nos excluye y no es otro que el sistema capitalista que ya se encuentra en terapia intensiva y nos quiere llevar a la tumba con él.
Solo el pueblo unido tiene la responsabilidad de parar esta realidad, y lo debemos hacer desde las instancias que cada uno de nosotros decidimos darnos como lo son los consejos comunales, las comunas, los colectivos y movimientos sociales, es vital que todas y todos avancemos en esta reflexión y a su vez acompañar la denuncia que siempre hace nuestro camarada Presidente Nicolás Maduro sobre el viejo estado burgués, corrupto, clientelar, injusto y burocrático. Debemos pasar a la ofensiva en materia de movilización y propaganda para activar los mecanismos que sean necesarios para revertir las matrices de opinión que ya se están convirtiendo en realidades imparables.
Es desde el pueblo organizado productivamente que podremos transformar las realidades sociales. El metabolismo del estado y el gobierno nacional es muy lento en comparación con el metabolismo rápido en el que está sumergido el movimiento popular, esto es una realidad para todas y todos, es por esto que el poder debe conceptualizarse y ponerse en práctica a través de su construcción heroica y para ello no debemos aceptar imposiciones, paternalismos, consultas ni padrinazgos, por lo contrario debemos exigir la integración de las instituciones para que se coloquen bajo dirección popular colectiva y no al servicio del pueblo porque de este modo estaremos reproduciendo el reformismo.
Es ahora o nunca.
COMUNA, PRODUCCIÓN Y DEFENSA.