Ya todo pasó, la calma prevista hasta diciembre hace pensar en un respiro momentáneo de cinco meses y si nos avocamos podríamos extenderlo por mil años; para lograrlo tenemos que agarrar el toro por los cachos. Hay que ponerse a la altura de la circunstancia, no dejar que la comodidad siga poniendo en riesgo nuestra herencia, que está cada día más acosada.
Hemos cambiado todo, estamos seguro de haber encontrado el camino, pero visiones encontradas, hacen pensar que estamos atascados.
Recordemos que la meta cuando estaba el comandante Chávez, dejó esto encendido y sigue siendo como mínimo 10 millones, tomando en cuenta que somos 30 de habitantes y 17 de inscritos en el registro electoral; pero nos negamos a practicar la geometría del poder; estamos en riesgo y los que no tienen claras las consecuencias, pareciera que no quieren ver más allá de las líneas de comodidad que representa lo mediático; se empeñan en decir que estamos bien, cuando saben que para estar bien, tendríamos que tener garantizado la mitad más uno y sabemos que 3 no es la mitad de 17 y mucho menos de 30.
Hay algo que estamos ocultando por mantenernos en la cresta de la ola y esa creencia podría tener consecuencias en el PUEBLO que sueña y sabe que es necesario conformarnos en batalla de construcción, por encima de vanidades y prepotencia que no dejan reconocer una realidad inocultable, sólo es sustentada con fórmulas mediáticas, parecidas a las de la República anterior y que todavía hace estragos en la conciencia del PUEBLO llano, que no ha podido delastrarse de ese leviatán de mil cabezas que nos tiene en sumisión, con la esperanza amarrada a una expectativa con los ojos vendados.
Un enemigo que ya está jugando posición adelantada, no reconoce ni reconocerá ninguna elección si no los favorece, por lo tanto tenemos que ocuparnos de conseguir esa verdadera mitad, que es la que defenderá sin medias tintas el proyecto, lo demás es una angustia que no tendrá fin mientras estemos atravesando este flagelo, recordemos que nuestro enemigo no es la descompuesta oposición, es un Imperio que sin contemplación nos quiere cortar la cabeza.
Las luchas de los pueblos no pueden convertirse en carnaval, hay tiempo para todo y el necesario en éste, es para pensar y con el pensamiento buscar unidad y fuerza que consolide una verdadera mitad de PUEBLO apoyando el proyecto; es la única forma de asegurar la mayor suma de felicidad posible, porque PATRIA O MUERTE VENCEREMOS Y
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.