Es innegable que ante la cercanía de la designación de las nuevas autoridades del CNE, así como la discusión sobre la realización de unas elecciones primarias por parte de algunos sectores elitescos de la oposición, denota una profunda y evidente agudización del conflicto del que será y lo que harán.
Las contradicciones internas en el seno de estos partidos políticos venidos a menos y un grupo minúsculo de la sociedad civil conjurados con SUMATE arrecian su carácter de desinformación mediática con un objetivo claro y programado de acuerdo a un plan para desestabilizar al gobierno.
Sin ser clarividente el pueblo Venezolano (la gran mayoría que apoya al gobierno legítimo que preside Hugo Chávez Frías), ha entendido, que los cuestionamientos en las futuras designaciones serán objeto de burlas intrínsecas y de descrédito, en su afán por direccional la evidente intención de no participar en las próximas elecciones.
Ese 60% o más de venezolanos que están totalmente conscientes de las intenciones de estas personas carentes de todo tipo de credibilidad, se unen al clamor de defensa de la Revolución.
El terrorismo mediático resucita con más fuerza y diseña sus estrategias para fortalecer sus insuficiencias estructurales con el objetivo táctico de socavar las bases de las instituciones y su credibilidad tanto nacional como internacionalmente.
La coyuntura política les hace imposible entender que nuestro pueblo no quiere subordinarse más a los testaferros del imperio y a las arrogantes políticas de segregación, se lucha por un proyecto de autonomización, autodeterminación y despolarización del área.
Las fuerzas sociales subordinadas a la política norteamericana se doblegan ante un proyecto imperialista (TCL, NEOLIBERALISMO) que pretende volver a subordinar el ejercicio del poder político y económico en el área, al mantenimiento de sus esferas de influencia; poco importa si ese poder político organiza a la sociedad Venezolana para el beneficio de minorías. Mientras que los consejos comunales reclaman el poder político para reorganizar la sociedad al servicio de las mayorías y para que estas mismas mayorías se transformen en sujeto popular de la gestión política y económicas ; para ello se ha hecho imprescindible levantar la hipoteca desnacionalizante de la subordinación, propia de la esfera de influencia de una superpotencia.
Eso no les gusta.
El surgimiento de un nuevo orden político en la Republica Bolivariana de Venezuela, y la entrada del Poder Popular incluso con sus fuerzas armadas como base estructural de ese nuevo orden han obligado al imperio a diseñar un proceso de "democratización", que solo quieren ellos y sus súbditos.
La importancia de este proceso radica en que desnuda la lógica imperial en sus componentes más estructurales ante la comunidad internacional. La presunción hegemónica aparece en toda su objetividad, provocando reacciones de solidaridad internacional.
El encaje de los medios de comunicación en el marco global de la polarizacion política genera un caos, y un vació muy grande en la oposición y en sus recientes organizaciones fundadas y financiadas por el imperio.
El proyecto socialista surge como producto de la influencia del fracaso capitalista. No se es anticapitalista porque se mantiene una ideología marxista o bolivariana, sino por esa conciencia de los intolerable. Es la lucha prolongada por generaciones y la misma praxis revolucionaria es la que va buscando y creando su justificación teórica, asimilando métodos y experiencias de otros pueblos, evaluando sus éxitos y fracasos y, construyendo en la misma práctica su propia formulación teórica. La misma intransigencia de la oposición y del dominio imperial ante las demandas obvias que consolidan la visión anticapitalista y antiimperialista e inducen como lógica la alternativa más racional y justa que ofrece el socialismo. Este fenómeno es típico no solo en Venezuela sino en Latinoamérica, que ha sido capaz de integrar tanto las motivaciones cristianas, las nacionalistas como las diversas experiencias sociales del Tercer Mundo, en una organicidad producto de la misma lucha pro la sobrevivencia individual y colectiva.
Bajo estas premisas el atractivo fundamental de este proyecto de democratización se sustenta en la captación de sectores de la población opuestos al gobierno, que no creen en esa dirigencia que los arrastro por el precipicio en años pasados recientes así como aquellos sectores no convencidos ni atraídos al modelo del nuevo orden político, lo que devendría en una guerra prolongada auspiciada y dirigida desde el imperio.
Ahora bien, no solo los sectores antes señalados estarían en esta nueva confabulación, sino también aquellos que se encuentran encubiertos en la esferas del poder, aunado a los sentimientos de algunos que ven la impunidad y la corrupción como motores del deterioró institucional.
Las contradicciones y la agudización de los conflictos podría ser la piedra angular en el advenimiento de la violencia Revolucionaria en la defensa de sus logros sociales a través de sus misiones, la organización más profunda del poder popular, dirigido y conducidos por los Consejos Comunales y la espontaneidad de nuestro pueblo.
Se acercan momentos difíciles para la patria, y serán superados en la medida en que la organización del pueblo, y la humanización del proceso se acentué, solo así podremos actuar como un solo bloque en la defensa popular de la Revolución.
Poder al Pueblo.
La lucha es luchando.