El gobierno quiere suspender las elecciones

No es de extrañar, son pocas las intenciones que el gobierno concreta, todo se queda en la mera pretensión. Así pasó con el billete de cien, con el cono monetario, con el viaje a la cumbre de Lima que ahora descalifican; con la mejora de la economía, con la bajada del dólar.

Las señales son claras: cuando el gobierno dice que hará algo "llueve, truene o relampaguee", en el lenguaje madurista significa: "no se preocupen que eso no va". Cuando acusan a otro de algún mal, como ahora que dicen que trump saboteará las elecciones, tengan la seguridad de que es el gobierno el que lo hará. Cuando hinterlaces y José Vicente dan para el candidato oficialista 52% es señal de debacle. Las razones son más fuertes que las señales. Veamos.

Las cuentas le salieron mal al gobierno, pensaban que para esta fecha tendrían dólares para comprar votos, y resultó que la entrega de la Patria no les dio dinero fresco de inmediato. El petro les fracasó. La entrega de PDVSA está enredada entre las leyes y la ineficacia de la directiva. La excusa de la invasión, con la que pensaban crear la fabula del voto para defender la Patria, fracasó. Un día ataca a los gringos y otros piden cacao a trump, un día hacen un acto antiimperialista y en la tarde se reúnen con las empresas petroleras gringas. No tienen credibilidad.

El opio electoral no funcionó, las elecciones, que la mayoría sospechan bufas, no emocionan. El centro de la preocupación de la gente es la comida, la medicina, el efectivo, el futuro. Tienen dificultades para chantajear con el carnet, la caja clap, el bono, la gente agarra pero no pretende ir a votar, es una relación entre pícaros. El gobierno no consigue quitarse de encima la culpa del desastre, la guerra económica no da votos, las sanciones de los gringos y europeos no justifican. El gobierno se creó la imagen de corrupto, usa la acusación como paredón de fusilamiento, y él mismo se desprestigió.

Ya la separación de gobierno y oposición no es creíble, funcionan como un matrimonio mal avenido, pero matrimonio al fin, las dos bandas se necesitan. Una no puede existir sin la otra, se atacan, se pellizcan, pero en la noche comparten el mismo circo, son como payaso y contorsionista.

Las elecciones ponen en peligro sus metas, además no legitimarán al gobierno que está entrampado en un juego de perder-perder: Su victoria será difícil de creer, no la certificarán muchos gobiernos de América y de Europa; si pierde, toda la trácala habrá sido en vano. La conclusión es clara: el gobierno se metió en un pantano y ahora no encuentra cómo salir, los consejeros le dicen que tumbe la mesa.

Es necesario prepararse, ya al gobierno le falló la última carta; ni la constituyente autista, ni el petro, ni las elecciones le resolvieron la situación, ahora entramos inevitablemente en el desenlace. El que tenga mejores ideas, mejor vanguardia, un líder, más fuerza decidirá el rumbo.

Mañana todo cambiará.

 

 

 

 

 

 



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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