El primero de diciembre como antesala del 10 de Enero, demostró que ninguna de las dos fracciones capitalistas tiene fuerza para resolver su contradicción. Los mariacorinos mostraron su debilidad, no tienen mensaje para las masas empobrecidas, y además les temen. No movilizan a la clase media que no ve en ellos una fuerza capaz de definir. Su constante llamado a las fuerzas extranjeras es una declaración de debilidad.
El gobierno, de tanto mentir, perdió los restos de credibilidad que le quedaban. Ya sus mentiras no engañan. Sus embustes estrambóticos son la medida de su debilidad; su carencia de argumentos, su escasez de estrategia, de metas hacia donde se dirige son legendarias.
El 10 de Enero es una fecha definitoria que impregna este tiempo determinante. Se hace imperativo una definición de rumbo, un reacomodo de la dominación capitalista. Y ninguna de esas fuerzas, mariacorinos y maduristas, tiene fuerza para concluir. Como dice el título, ahora es el momento del fusil.
Es así, cualquiera sea la solución a la contradicción entre las corrientes capitalistas, esta solución estará regida por el factor militar, éste será el decisivo. Es el centro de la contienda, el que dará sentido a la solución.
Entonces, el 10 de Enero será, inevitablemente, una fecha militar. De ese factor dependerá todo. Si los mariacorinos tienen un gallo tapado, hacia allá correrán las aguas, y el binomio edmundo y maría cumplirá su promesa de juramentarse. Ahora bien, si el madurismo tiene control del factor militar, ese día en la asamblea se juramentará la ignominia.
Cualquiera de estas dos posibilidades será nefasta para el país. Las dos son antipatria. Los mariacorinos venden la nación a los gringos, eso lo hacen directamente sin sutilezas. Los maduristas, que carecen de todo pudor, lo entregarán todo al mejor postor, el que les garantice permanencia. Con cualquiera de estos dos tendremos un país esclavizado, una pérdida total de Soberanía, seremos un peón en el juego geopolítico.
La Patria está en una encrucijada, ahora en estos tiempos mundiales cuando más se necesita de su ejemplo. O se despeña por el abismo del capitalismo voraz y salvaje, se disuelve de hecho como país. O se empina sobre las dificultades y retoma el camino hacia la reconstrucción de una Patria, soberana, y sobre todo Humanista, que sea, por el bienestar material y espiritual de sus hijos, ejemplo para el mundo entrampado hoy en la demencia del capital.
No hay que perder la esperanza. Aquí están los que acompañaron a Chávez y no traicionaron su legado. Aquí está el ejemplo de la posibilidad de ese camino, con Chávez lo transitamos y aquel éxito suscitó el odio de los capitalistas, el miedo al ejemplo, y lo asesinaron. Aquí está la teoría, sabemos hacia dónde ir. Y aquí está, vive en el corazón de la Patria, el espíritu heredero de Bolívar y Chávez, capaz de unir en un solo amor, al factor civil y al factor militar. Esa fuerza desatada, enfrentará a los antipatria, sanará a la sociedad y salvará a la Patria.
¡CHÁVEZ, PATRIA HUMANA!
