Entre las últimas horas de la mañana y el mediodía hubo, hoy 13 de abril 2020, en la parroquia 23 de Enero, un cacerolazo parcial, espontáneo, que se escuchó principalmente en la zona central y bloques del área de La Cañada, por el hecho de que están teniendo frecuentes y prolongadas interrupciones de la electricidad en los últimos día. Este mismo día se publicó en Aporrea una nota con elementos aportados por vecinos y vecinas de esa parroquia, molestos por la recurrencia de los apagones, que a veces se combinan con la falta de agua y por supuesto con los rigiores de la pandemia y la cuarentena, agravados también en los últimos días por los incendios que surgieron por los cuatro costados de la capital.
Son demasiadas presiones simultáneas, combinadas con las ya dificíciles condiciones de sobrevivencia que el pueblo venía confrontando y la caldera está buscando válvulas de escape. Encima, las autoridades y organismos responsables parecen no contribuir con información veraz y oportuna sobre las circunstancias, como en el caso de los apagones, sus causas, su duración...
Vecinos y vecinas se alegraron cuando poco tiempo después del cacerolazo se restauró la luz, pensando que su clamor había sido escuchado, pero la satisfacción no duró más que unos pocos minutos, porque sobrevino otro apagón. Se preguntan por qué sucede esto tan frecuentemente estando esta parroquia caraqueña tan cerquita del palacio de Miraflores, sede de la presidencia del gobierno nacional. "Misterios de la Ciencia", decía el "profesor Lupa".
Por Twitter, hubo quien recogió el sonido de las cacerolas y una voz dijo que llevaban más de 10 minutos seguidos de "cacerolazo" en ese momento. Se oyó con el video un mensaje de disconformidad con la desatención del gobierno: "estamos hartas de la falta de luz, de no tener calidad de vida y estamos hartos de vivir en miseria", "estamos hartos de este gobierno que nos tiene la vida oprimida". Ese mensaje no correspondía precisamente a gente seguidora de la derecha, porque lo que predomina en el 23 de Enero es gente que ha sido parte o ha acompañado al proceso revolucionario, pero que ahora dicen que "se nos desapareció".
La comunidad está avisando. El que tenga oidos que oiga y el que tenga manos que actúe y cumpla con su responsabilidad.