En Sucre nos aferramos a la esperanza

Este 2 de febrero del 2011,  fecha del natalicio del Gran Mariscal de Ayacucho, sirvió para ratificar el compromiso, fidelidad y sobre todo la esperanza que tiene el pueblo sucrense en la gestión del Presidente Chávez.  En buses, bicicletas y a  pie, nuestros  compatriotas colmaron los espacios aledaños a El Monumento en la Avenida Perimetral para oir y ver  a quien  de manera constante manifiesta su cariño y alta estima por esta tierra. Por la propaganda y la manera como se invitó muchos creímos que compartiría tan importante día con nosotros.  Lo cierto fue que Chávez ni sus ministros vinieron. No hubo  explicaciones.

Este señalamiento es sólo para afirmar que el liderazgo del Presidente se aferra  al corazón de los sucrenses, pero hubiese sido bien bueno que nos visitara en un momento que consideramos crucial para el futuro de nuestro estado. Me atrevo a decir que la mayoría de nuestros ciudadanos están  desconcertados por la  poca efectividad gubernamental. El sucrense del 2011  aguarda por mejoras y promesas  efectivas. La pasmosidad de la dirigencia regional y local sorprende  hasta los límites de creer o estar convencidos   que la lealtad del voto hacia Chávez no se resentirá. Y eso no es así, Chávez ha dicho mil veces que amor con amor se paga. Y rematamos con uno más común: Amor con hambre no dura.

Es cierto que el pueblo de Sucre vive y siente la gloria de Antonio José  de Sucre. Cadete a los 13 años. Miembro del estado Mayor de Miranda a los 16. Gran Mariscal de Ayacucho a los 29 y Presidente de Bolivia a los 31. ¡Tanta gloria a tan temprana edad! Igual orgullo sentimos por  poetas como Andrés Eloy Blanco, Salmerón Acosta y  Ramos Sucre. Nos regocijamos  que un coterráneo, el Morochito Rodríguez,  posea la única medalla de oro olímpica. Y para beneplácito de todos están nuestras hermosas playas y variedad geográfica para alentar el turismo.

Pero no todo es color de rosas. Los malos gobiernos  oscurecen y se empeñan en  derrumbar nuestros sueños. Quieren borrar nuestra alegría. No damos pie con bola y nuestro voto ha sido  burlado  elección tras elección. Queríamos que el Presidente Chávez nos visitara para que oyera a nuestra gente. Para que  se saliera, como suele hacerlo, del protocolo y palpara que  aquí lo que  realmente queremos es que arranque la Revolución.  No se si Diosdado nos podrá ayudar. Aristóbulo no pudo. No se si el PSUV, por fin, se convertirá en un partido que guie la función gubernamental y meta en cintura a la dirigencia descarrilada.

Los sucrenses, mil veces engañados y poco sortarios con gobernadores y alcaldes, nunca hemos perdido la esperanza… Apostamos a un futuro de bienestar y nos inspira el  joven Sucre, soñador y valiente,  que una vez se fue de aquí, pero… ¡Volverá con su espada y con su orgullo!

revolcones76@yahoo.com.ve



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Juan Azocar


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