Hoy primero de enero de 2012, acudí con parte de mi familia a visitar a los parques hidro botánicos “La Llovizna”, “Cachamay” y al “zoológico Loefling”; tengo que confesar que a pesar de residir en la bella y pujante Ciudad Guayana, tenía varios años que no le dispensaba una visita a lo que en otrora fueron espacios geográficos maravillosos admirados por los residentes de nuestra ciudad y por turistas que anualmente nos visitan de paso hacia la “Gran Sabana”; pues estas maravillas naturales intervenidas por el voraz urbanismo implantado por el ser humano, a pesar de ello han sido espacios para la recreación, relax y la actividad física deportiva necesaria para el adecuado desarrollo de la vida tanto de los seres humanos, así como para la protección del medio ambiente natural, la biodiversidad, la fauna y la flora.
Pero lamentablemente algunos funcionarios públicos a quienes se les asigna la responsabilidad de administrar adecuadamente dichos espacios geográficos, sólo les importan sus lucrativos beneficios personales, el cual obtienen impunemente mientras ejercen sus funciones gerenciales, bien sea desviando los recursos económicos y materiales a las cuentas bancarias de sus testaferros; o practicando otras formas de corrupción administrativas, tales como: la desidia y la negligencia en el ejercicio de sus funciones específicas; e allí por qué estos maravillosos espacios geográficos hoy por hoy se encuentran total y absolutamente abandonados; a los funcionarios que les ha correspondido administrar últimamente a estos parques, no les importa si con su corrupta actitud le hacen daño al procesos revolucionario socialista, no les importa si con su proceder dan motivos para que la ciudadanía descontenta ideológicamente, utilicen esta anormalidad gerencial y otras que lamentablemente se siguen cometiendo en la administración pública, para descalificar al proceso revolucionario que tanto ha beneficiado socio económicamente al pueblo económicamente débil y a la clase media de nuestro país; ya que estos funcionarios incompetentes que laboran en la gerencia de parques de la CVG, se sienten seguros de no ser destituidos de sus cargos, pues saben que ni al Presidente de dicha corporación, ni al Gobernador del Estado Bolívar y menos al Alcalde del Municipio Autónomo Caroní, les importa el destino turístico de nuestro Estado Bolívar, ya que al parecer el desarrollo de una adecuada y asertiva política turística, no produce rédito económico ni político que les permita sustentar o fortalecer su presente y futuro poder político económico; ya que saben que el pueblo agradecido por la protección socio económica y educativa que han generado las “Misiones”, de una u otra forma los favorecerá al momento de acudir a votar para que sean reelectos para que continúen en sus altos cargos en la administración pública.
Me comentaba uno de los visitantes a los parques antes citados, que si el descuido de estos parques obedecía a que era muy costoso para el Estado su adecuado mantenimiento, era preferible que quienes administran a estas instalaciones recreativas, cobraran la entrada a estos parques, para que los recursos económicos generados por los ingresos adquiridos, sean utilizados en las mejoras físicas a las instalaciones y adecuado cuido de la fauna y flora para optimizar al medio ambiente; ya que no cobrar la entrada a estos parques, aludiendo a que en el gobierno revolucionario socialista, no se privatizan los espacios recreativos de uso público, era una simple concepción demagógica de quienes les corresponde la responsabilidad de administrar dichos parques.
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