Leyendo los artículos de opinión de Aporrea, algunos muy interesantes, otros sin trascendencia y, lamentablemente, los de José Sant Roz. Yo realmente no se mi me importa la trayectoria de este personaje seudo intelectual que hace vida en la política merideña, si realmente cala en la base que día a día se enfrenta al mounstro creado por Lester Rodríguez en complicidad implícita con al facho disfrazado de Marcos Díaz Orellana, o si sólo es un charlatán más con suerte que escribe en un lenguaje soez que sólo son capaces de aceptar los fanáticos más enceguecidos de esta Revolución Bolivariana.
El caso es que me hacen despertar cada día y entender dónde estamos, de dónde venimos y hacia dónde deberíamos ir, que es distinto del hacia dónde vamos. Es cierto que el presidente de la República en un estilo muy particular, y respondiendo como muchos quisiéramos pero no tenemos su alcance, es muy coloquial y para nada protocolar en su forma de dirigirse al enemigo cuando la situación lo amerita, no quiere decir que la militancia chavista tenga el aval para abusar de este recurso en cada espacio donde tenga la oportunidad de expresarse.
Porque entonces ¿qué estamos construyendo?, ¿un modelo de sociedad donde la violencia siga siendo la forma en la que nos relacionamos? ¿qué nos diferencia de las técnicas de guerra de 4ta generación que utilizan los medios de comunicación de la derecha? Si bien es cierto que todos hemos tenido molestias y vivido momentos de tensión en los cuales la acción directa y el enfrentamiento fueron recursos legítimos y necesarios, la Revolución comienza a transitar por la delgada línea entre la vida y la muerte, y ésta no depende de cuan enérgicos seamos insultando a quien creamos que son los enemigos, sino en la construcción dialéctica de una nueva forma de sociedad enmarcada en los principios del socialismo.
No es posible que este tipo de personajes como Sant Roz sigan en la tribuna pública, y apelarán a la libertad de expresión, pero la libertad siempre será limitada, nunca absoluta, sino, nada nos diferenciaría de un PRAN. Ahora enfiló sus armas del insulto y el oprobio contra Florencio Porras, simplemente por el hecho de haber estudiado una maestría en Colombia. ¿Quiere decir que estudiar es malo? Porque todos quisiéramos tener la oportunidad de estudiar en el extranjero, y para que lo sepa, en Colombia no todos son paramilitares, hay muchos revolucionarios que nos llevan años luz en conocimiento y lucha, que si tuvieran un Chávez hace rato ese país habría consolidado un modelo socialista de sociedad.
El tema es que ahora el PSUV-Mérida, no conforme con lo inútiles que han sido bajo la tutela del traidor Marcos Díaz, ahora se sirve de este tipo de personajes que dejan mal parado a los revolucionarios para hacer campaña sucia a Florencio Porras. Pareciera que El Centauro entonces si es un peligro porque posiblemente tenga más apoyo que el desconocido Alexis Ramírez. Lastimosamente el PSUV no escucha, el 7 de octubre la mayoría votó por el candidato de la derecha y eso fue un mensaje, que no se escuchó.
El llamado es a que seamos más diestros en nuestro discurso y debate, los insultos gratis nos hacen iguales al enemigo. Por otro lado, no ver enemigos en todos lados, el PCV es un partido aliado, pero autónomo, y razones de sobra tiene para no apoyar al PSUV en tan sólo 4 de los 23 estado en pugna. Que la lucha sea política y leal, que el debate sea abierto sobre lo que queremos y qué realmente estamos haciendo. Sólo así podremos seguir consolidando este proyecto socialista.
Viviremos y Venceremos
Carlos Grillet – Militante Socialista
carlosgrillet@gmail.com