Me vuelve a escribir desde Lecherias-Anzoategui, otra vez la camarada Lic. María Fleitas, pero esta vez mas desesperada, y aterrorizada por las llamadas telefónicas amenazantes, donde se le dice que su denuncia por este medio nadie le va a parar bolas, y que la van a pulverizar. Y que parece que es así, ya que su caso denunciado en www.aporrea.org/actualidad/
La función de un juez dentro del poder judicial no es nada fácil, si no actúa con la debida ética jurídica. Ser juez, y asumir la responsabilidad cuando se emiten fallos afectando aspectos de orden patrimonial vinculados con las personas, donde se requieren condiciones tanto en el campo técnico como en el profesional que requieren de un especial cuidado jurídico.
Existen casos que por las características propias del proceso, demandan de mucho análisis, cuidado y meditación. Por lo tanto, el panorama se torna complejo si a estas limitantes añadimos el hecho que los jueces no son supervisados, acorde al papel e importancia que tienen.
El hecho es que ciertos jueces lamentablemente no se adaptan a la ética que desarrollan, y tampoco el Estado los supervisa en una forma adecuada en sintonía con las labores que ejercen.
Ahora bien, la formación académica de este juez tampoco es de las mejores, en materia civil por el cumulo de recusaciones, y denuncias que tiene en el circuito judicial de este estado (un rápido y somero chequeo en el buscador de Google, con su nombre nos confirmó esto), y que deben ser investigadas seriamente por la DEM del TSJ, para ver si son ciertas o falsas, donde ha incurrido este ciudadano desde que era juez del municipio Simón Bolívar de este estado, por lo que esta denuncia debe ser investigada a fondo, ya que al parecer esta bien fundamentada.
El TSJ, no puede enmarcarse en la pifia judicial, creyéndose que la justicia se maneja demagógicamente. La revolución bolivariana debe contar con buenos jueces, y con una mejor justicia, que no esté amparada de una falsa legitimidad que en el derecho no sirve si no está acompañada del conocimiento, y la honradez.
Nada más quimérico que creer que toda la administración de justicia en Anzoátegui es de lo mejor, o nada más irrelevante pensar que marcha bien porque para eso están estos “abogados de la revolución”. Lo cierto es que el sistema judicial en Anzoategui debe ser revisado. Sus falencias no justifican de ninguna manera la existencia de algunos jueces corruptos, y otro tanto lleno de incompetentes académicamente hablando. En todo caso, no es tampoco justo juzgar a todos por igual, porque un hecho si es muy cierto en la Venezuela Bolivariana, también existen jueces probos, y bien formados, idóneos para ser llamados “Magistrados”. Siendo así, y si de verdad La DEM quiere actuar, para que la corrupción judicial saque sus manos de esta área, y donde el TSJ debe meterlas de lleno para erradicar este flagelo.