Ni siquiera la oposición ha podido desmentir el gran esfuerzo que hizo el Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías, para solventar la deuda social e histórica en Venezuela, de la cual los más perjudicados hemos sido los que menos recursos adquirimos durante los años cuartorepublicanos, y continuamos con la V, sobre todo en materia de déficit de vivienda, sin embargo en Valencia, que vaina, siempre en Valencia, ante las autoridades en todos los niveles, que se supone son chavistas, pues, se hacen la vista gorda tras comprar y después derrumbar casas para construir locales comerciales.
Tal es el caso de la llamada Policlínicas Elhoim, C. A, que, sin ningún prejuicio se viene dando a la tarea de comprar viviendas en la urbanización La Isabelica de Valencia, donde el Estado Bolivariano, dispuesto por el Comandante, entregara las tierras en propiedad, por supuesto bajo la presión propia de un comerciante, para luego tumbarlas sin remordimiento, a pesar que se dice cristiano evangélico; de paso violentando todas las normativas legales y municipales, las reglas de ingeniería y vialidad, pero sobre todo, desafiando a la comunidad, a la Alcaldía de Valencia, todo hace indicar que al amparo silencioso de esta última.
En este caso, el señor Osman Delgado, propietario de la empresa, admitiendo que la construcción es ilegal y sin permiso alguno, además de no dejar de presionar para comprar más viviendas y seguir construyendo su edificio, que ya va por 5 pisos, luego de haber derrumbado 16 casas e invadiendo un espacio de 1.500 mts de áreas verdes y espacios para el esparcimiento de los habitantes del sector 5 de La Isabelica, alterando en negativo la prestación de todos los servicios públicos, electricidad, agua potable, gas, vialidad, salud ambiental, asimismo, pretende construir un estacionamiento de tres pisos, por supuesto, para ser utilizados por los clientes, dicho pacientes, en resguardo de sus vehículos.
Ante esta situación perfectamente cabe una pregunta, cómo es posible que siendo La Isabelica, una urbanización construida por el estado para aliviar la problemática de la vivienda de interés social para sectores de pocos recursos en la época, y mientras la Revolución concibe y crea la Gran Misión Vivienda Venezuela para cubrir el déficit heredado, se permita que un capitalista, luego de engatusar a propietarios, compre casas para después derrumbarlas sin ton ni son, de paso, sin ninguna legalidad y ante las narices de las mismas autoridades.
Abg.
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