“Recojan sus colchonetas y levántense”. Con ese exordio el embajador de la Santa Sede y por orden expresa de su Santidad, el Nuncio Apostólico: Pietro Parolin hizo el milagro de terminar con 39 días de huelga que tenían un grupo de 14 estudiantes y un profesor en la sede del Rectorado de la Ilustrísima Universidad de los Andes.
Toda la prensa regional le dedico primera plana a 8 columnas al hecho más importante sucedido en esta ciudad durante los últimos doscientos años. Jesús hizo milagros individuales con Lázaro y el paralitico que botó sus muletas cuando el Señor le ordeno que anduviera, pero nunca la historia ha registrado una curación colectiva de esta naturaleza.
15 personas postradas durante 39 días sin comer, sin ingerir ningún tipo de alimentos y sin ningún hospitalizado, ni deshidratado, fue tomado en cuenta por su Santidad, pues era imposible que ninguno hubiera muerto y que si se mantenían vivo era por la gracia divina. Por eso el Papa envió a su emisario, a que en nombre de él, hiciera el milagro de levantarlos y hacerlos caminar.
Al conjuro del Nuncio, todos en forma sincrónica se pusieron de pie y levantaron sus colchonetas. Milagro¡ Milagro¡, gritaron al unísono las 200 personas que fueron testigos del acto milagroso y no hay otra explicación pues, los 15 postrados durante 39 días, no mostraron ninguna señal de debilidad, todos sonrientes y sin haber perdido un gramo de su masa muscular. Sólo un enviado del cielo puede haber realizado esto y por eso certificamos que es un Milagro del Papa Francisco que deberá ser registrado para su futura canonización.
De nada habían valido los ruegos que les hizo a los huelguistas el Consejo Universitario en pleno, para que desistieran de la huelga, pues ponían en peligro sus vidas. El gobierno intentando salvarlos se bajo los pantalones y les duplicó el salario a los profesores, empleados y obreros y nada que lograban que desistieran de ese terrible sacrificio humano que representa una huelga de hambre y que ha servido en otros tiempos para tumbar imperios: como fue el caso de Ghandi en la India.
Los muchachos y su profesor estaban dispuestos a morir por su noble causa: “tumbar a este gobierno ilegitimo” que le robo´ las elecciones, en complicidad con el CNE, al candidato perdedor Capriles. Pero Dios en su gloria protege a sus amados hijos y envió a su representante en la tierra, para hacerlos desistir de este sacrificio, pues ya tenía experiencia con su hijo Jesús que fue sacrificado hace dos mil años.
Los únicos que no agradecen esta intervención divina son los profesores que ya habían hecho sus maletas para salir de vacaciones y van a tener que trabajar una semana, pues las clases están pautadas hasta el 23 de Julio y tendrán que reincorporarse el dia 15 a sus salones. Así que las agencias de viaje de la ciudad y las aerolíneas tendrán mucho trabajo cambiando fechas.
Me alegra de sobremanera haber sido testigo histórico de un Milagro, a mis 73 años nunca había tenido la oportunidad de vivirlo. Todavía recuerdo la frase milagrosa: “En nombre de su Santidad les ordeno, levántense”.