Recordaba en días pasados, en la ciudad de Pto. La Cruz, cuando confinado en mi automóvil, producto de una infernal cola provocada por una protesta colectiva, la presentación de la candidatura de Aristóbulo Istúriz por el Presidente Chávez.
La razón fundamental que argumentó el Comandante, “necesario es para la revolución conservar una de las gobernaciones más estratégicas del país”. Estado petrolero, ubicado en la Faja Petrolífera del Orinoco, y receptor de millonarias inversiones en materia petrolera. Razón suficiente, entre otras, para justificar la presencia de uno de nuestros operadores políticos más emblemáticos dentro del PSUV. Eso también pensé.
Las condiciones políticas en esa oportunidad, producto de deficientes gestiones públicas de Alcaldes Bolivarianos, además de un débil liderazgo del Gobernador Tarek William Saab agravaban la situación. Se dieron las elecciones el pueblo entendió las razones del Presidente Chávez, y dio el triunfo a Aristóbulo Iztúriz.
Volviendo de nuevo a la protesta, era provocada por fallas en la recolección de basura en ese sector. Pero medité, que la acumulación de basura, se extiende a todos los barrios de la ciudad turística de Pto. La Cruz. Por cierto, no ocurre en sectores de clase media alta.
Obligado a adentrarme por las calles paralelas al sector en protesta, conocí ó mejor dicho, sufrí una nueva realidad. Las calles, por darle algún nombre, realmente no son calles. Son un rosario huecos, recubiertos con algo que un día fue pavimento. Representan un monumento a la incapacidad de una gestión municipal, incapaz siquiera de aprovechar los beneficios de la fiesta del asfalto. Enviada por el Presidente Chávez, cuando se percató de la presencia de tantos huecos. Sus primeras palabras en el discurso para esa campaña electoral, fue algo así “quiero protestar y disculparme por la existencia de tantos huecos en la ciudad”.
El Gobernador Aristóbulo Istúriz, tiene el compromiso moral ante la memoria de Chávez y el pueblo de Anzoátegui de corregir estas desviaciones, conservar esa gobernación y garantizar con una gestión eficiente, no se pierda la misma. Pero continuar el camino de prestar servicios públicos inadecuados, ni una mejora continua de los que hoy son deficientes, solo nos precipitará al abismo.
Estando seguro, que funcionarios estadales se excusarán de esta responsabilidad, por cuanto la gobernación no tiene competencia en la recolección de basura. El gobernador no debe tolerarlo. Aristóbulo deberá ejercer su liderazgo, su condición rector en cuanto a políticas públicas del estado, y cubrir las incompetencias de cualquier Alcalde que no cumpla con sus funciones. Solo restará cobrarle políticamente a estos incompetentes, la traición contra el legado de Chávez y poner en peligro la continuidad del proceso revolucionario.
