500 años de Cumaná, expectativas y sueños

Los sucrenses y de manera especial quienes aquí vivimos, asumimos la conmemoración de los 500 años de la fundación de Cumaná como una esperada oportunidad para reivindicar el carácter referencial que hemos tenido desde el mismo momento en que nuestros aborígenes poblaron lo que posteriormente sería la capital del estado, que posteriormente llevaría el nombre de nuestro héroe, Mariscal Antonio José de Sucre.

Acerca de las aspiraciones de los cumaneses, estamos seguros que quienes aquí vivimos apostamos por una ciudad que siga creciendo ordenadamente y que sus servicios básicos funcionen adecuadamente. Que nuestra condición de urbe asuma la ciudadanía con sus deberes y derechos como premisa para mejorar nuestras condiciones de vida en pro de una habitabilidad acorde con los tiempos que vivimos.

No está en la mente de los cumaneses consideraciones extravagantes y monumentalistas para la celebración de los 500 años ni para otra fecha. Aspiramos de los planificadores acciones que consideren el peso de la vocación costera de la ciudad, así como su condición histórica y patrimonial que aún conserva un centro con infraestructuras recuperables.

Estamos seguros que el plan de obras que en fecha próxima se nos presentará será la referencia que servirá para trazar el camino hacia la Cumaná que aspiramos en las próximas décadas. Plan que ojalá logre satisfacer debilidades que por décadas han perturbado la tranquilidad de nuestros habitantes. Estamos hablando de una Ciudad que, como casi todas, en las últimas décadas ha tenido un marcado crecimiento demográfico que indudablemente exige la modernización de servicios de drenaje, eléctricos, asfaltado, centros culturales, hotelería, turismo, deportivos, seguridad y de producción, entre otros.

Nuestras aspiraciones se enmarcan en lo que el mismo Presidente Chávez quiso para Cumaná. Por ejemplo, reivindicar la memoria de quien es para nosotros y para América, héroe libertario. En este caso, redimensionar la labor y alcance del actual Museo Ayacucho con algunas precisiones que consideren, sin mayores discusiones, la referencia espacial del nacimiento del Mariscal Sucre, que indudablemente se ubica en el centro de la ciudad.

En fin, no nos debemos conformar con efímeros actos protocolares, ofrendas y discursos. Nuestro alcalde, David Velásquez, está en sintonía con el replanteamiento de una Cumaná que trascienda la celebración de esta importante fecha, que debe convertirse en el inicio de la Cumaná histórica que respire libertad por los cuatro costados. El comienzo de la Cumaná que armonice su crecimiento moderno con el referencial patrimonial que la caracteriza.

 



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Juan Azocar


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