Impotencia, frustración, angustia fue lo que sentí aquella mala noche cuando una llamada me abofeteo la cara con la noticia: ¡Mataron a Pedro Pablo!
Mataron a Pedro Pablo Rivera, cuadro integro de nuestra revolución bolivariana en el estado Trujillo, hombre de grandes valores que fue sembrando en cada rincón aquel dicho del Che, que el deber del todo revolucionario es hacer revolución.
Me dirigí a la morgue y sentí la arrechera de ver como apagan la vida de uno de los mejores revolucionarios y cuadro político con que hemos contado en Trujillo.
Nos quitaron a Pedro Pablo, no los quito la violencia que luce impune en una revolución; que aunque sea revolución; no es capaz defender a sus mejores hombres y mujeres.
¿Cuántos caerán más para darnos cuenta que el enemigo no descansa y que está dispuesto a acabar con esto que llamamos revolución?
¿Cuántos veremos caer más, en esta guerra silenciosa que impunemente nos agrede desde cualquier sitio sin importar el dolor que deja?
Mataron a Pedro Pablo y aquí quedamos huérfanos, no solo de un gran revolucionario, sino de un gran maestro, que igual que Simón Rodríguez sembró en sus pupilos el deseo de un mundo mejor.
Los que lo conocimos y gozamos de su amistad, que fuimos muchos, apreciamos en él, aquel amor por el socialismo que lo hizo transitar tan acertadamente en la conducción de la Misión Sucre y el INCES.
El proceso pierde un gran hombre, hoy lloramos tu partida; hermano; pero tú ejemplo se sembró en nosotros y a pesar de que te quisieron acallar, miles tomaremos tu bandera para continuar esta revolución.
Exigimos que tus asesinos paguen el apagar tu vida, una vida de servicio, de entrega y dedicación.
Pedro te arrebataron de nosotros pero hombres como tú que vivieron por la vida, nunca podrán terminar. Hoy mueres por la vida, y como lo dijo el cantor, los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos.
Mañana te sembraremos hermano, pero tu espíritu quedara con nosotros y sabemos que junto a Chávez nos iluminaras para decir: ¡La Lucha Sigue!
Adiós hermano, adiós camarada, descansa en paz.