Notas históricas de Boconó

Valga el presente escrito a propósito de la lamentable situación que padecen los habitantes de la población trujillana de Boconó, a raíz del desbordamiento de algunos cursos fluviales, especialmente del río homónimo, que destaca por su gran caudal.

1.-En primer lugar es importante señalar que Boconó está situada sobre un abanico aluvial con escasa pendiente, razón por la que ha sufrido varias inundaciones a lo largo de la historia. Es la segunda ciudad más grande del estado Trujillo, con más de 83.000 habitantes para el año 2011; su temperatura promedio es de unos 19 grados, y en sus alrededores se cultivan leguminosas, maíz, tubérculos, café, caña de azúcar y otras especies adaptadas al paisaje local. Además de la agricultura, el comercio, la burocracia y el turismo dinamizan la economía de la microrregión.

2.-Antes de la llegada de los españoles, la zona estuvo habitada por indígenas dedicados a la agricultura y a la caza ocasional. Ecológicamente responsables, cultivaban la mayor parte de los suelos fértiles con maíz, frijoles, yuca, arracacha, auyama, papa y frutas, e intercambiaban con otras poblaciones aborígenes para complementar su dieta. La tierra era de usufructo colectivo y no habían diferencias sociales y económicas, salvo cierta “superioridad” del chamán y del cacique. Como religión practicaban fundamentalmente el naturismo, mediante el que respetaban y adoraban distintos componentes medioambientales (lagunas, páramos y otros).

3.- La fundación hispánica de Boconó se llevó a cabo, según algunos autores, en 1563, y de inmediato los indígenas fueron sometidos mediante la Encomienda y la evangelización. Para la segunda mitad del siglo XVII era un importante pueblo de encomienda, con una población de más de 400 naturales; no obstante su crecimiento fue lento durante todo el periodo colonial. Fueron introducidas por los europeos distintas especies vegetales y animales, destacándose la caña de azúcar, algunas leguminosas, y el ganado mayor y menor. Gracias al cultivo extenso de la caña, la localidad llegó a ser un importante centro productor de panela y aguardiente. El trapiche-museo de los Clavo es evidencia concreta de ese auge panelero-licorero.

4.- Los primeros años luego de la independencia venezolana, Boconó fue la capital del cantón del mismo nombre, entidad con una población superior a los 10.000 habitantes. El cultivo del café adquirió gran relevancia, y pronto contribuyó con la dinámica económica e influyó en la expansión territorial-demográfica de Boconó. En las últimas décadas del siglo XIX fueron creados el hospital de caridad, algunos colegios y otras edificaciones.

5.- El siglo XX significó para Boconó una etapa de rápido crecimiento demográfico, notable ampliación espacial, y un auge comercial sin precedentes. Factores como la prestación de diversos servicios públicos, la construcción de carreteras, las inmigraciones y el constante aumento del parque automotor, determinaron que Boconó se transformara en la ciudad que es hoy día, en el contexto de un mundo cada vez más globalizado. Por desgracia se ocuparon espacios en áreas vulnerables a las crecidas del río Boconó; y en 1981 se dio una situación como la que ocurre actualmente, “la gran crecida del Río Boconó que dejo sin hogar a centenares de familias (…)” (José Gil Sánchez, “La expansión urbana del municipio Boconó”, en Boconó como pretexto, memoria del II simposio de Historia trujillana, 1999, p.67).

6.- En nuestros días Boconó es capital del municipio homónimo, entidad a la que pertenecen las parroquias Jáuregui, San Miguel, Burbusay, San José, entre otras. Continúa el crecimiento espacial-demográfico de la ciudad de Boconó, pero con un desorden tal, que han sido ocupados numerosos sitios no adecuados, y la ocurrencia de tragedias no se hizo esperar. Por desgracia se da más importancia a los intereses de los politiqueros y de unos cuantos capitalistas, que a la preservación del equilibrio socioecológico, y la actual inundación por aguas del río Boconó, es parte del reclamo de la naturaleza ante tanta agresión y brutalidad humana. Ya advertía el autor del trabajo citado en el párrafo anterior, que el crecimiento urbano sin planificación trae serias consecuencias.



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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

 ruhergeohist@yahoo.com

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