Después de haberse ido para el otro lado durante 20 minutos y haber regresado con todas sus facultades físicas, en condiciones de seguir luchando por la revolución bolivariana y más chavista que nunca, nos inspiró colocarle el apelativo de "gato" al amigo querido y apreciado Denis Gómez, por aquello de que los gatos tienen 7 vidas.
El haber infartado con la intensidad y duración como el sufrido por el Dr. Denis Gómez y haber regresado a la vida, es un caso milagroso que podríamos asignárselo fácilmente al Dr. José Gregorio Hernández o algún otro Santo o Santa de la corte de la iconografía del catolicismo o alguna deidad de las cortes de la santería yoruba.
Muchas personas que henos sido bombardeados con las matrices de opinión creadas por sectores no afectos al actual gobierno, de que en el hospital de los Andes (HULA) no había ni curitas, ni agujas hipodérmicas, ni alcohol para limpiar una herida, nos pusimos las manos en la cabeza al sólo pensar que nuestro camarada Denis pudiera perder la vida por falta de insumos o negligencia del personal que allí labora. Cual equivocado estábamos; toda la logística hospitalaria se movió en una sola dirección y aparecieron los insumos y el personal que allí trabaja para salvarle la vida a un hombre como lo hacen con todos los que allí llegan en condiciones de emergencia.
No vamos a negar que no se trataba de "cualquier paciente", era el Director de Salud del Estado Bolivariano de Mérida, Médico especialista en Tórax que trabaja en ese Hospital y su Exdirector a quien la "pelona" se quería llevar para el otro lado. Y que para más detalle él se vanagloria de no haber trabajado nunca para ejercer la medicina privada y que aborrece que se comercialice con la salud de la gente. Estos datos son suficientes para darnos cuenta del tipo de personaje que sufrió un fulminante infarto en la oficina del gobernador del Estado y que el mismo trasladó en forma rápida al mejor hospital que existe en la región de los andes.
¿Se imaginan los lectores de esta nota, si El Gobernador hubiera llevado al Dr. Denis Gómez a una clínica privada?. En primer lugar, si Denis hubiera sobrevivido, no le habría perdonado ese hecho a Alexis Ramírez, sabiendo él cuál es su posición existencial sobre el ejercicio privado de la medicina. Y en segundo lugar se le habría dado razones a la oposición política que sostiene a viva voz de que el hospital no sirve para nada desde que los chavistas llegaron al poder.
Las cosas que pasan por alguna razón suceden; el infarto fulminante sufrido por nuestro camarada y amigo Denis Gómez, debe dejarnos dos lecciones a ser asimiladas por todos los funcionarios que trabajan para la revolución y que se mientan chavistas y juran dar sus vidas por el Socialismo:
1.-En caso de cualquier necesidad de asistencia médica, sea cual sea, recurrir al sistema de salud creada por la revolución. El no hacerlo es una muestra de no creer en lo que se predica y darles herramientas al enemigo que pregona que somos ineficientes y que en la IV República el sistema de salud era una maravilla y que los chavistas la "escoñetamos".
2.-Crear conciencia y tomar posición frente al ejercicio privado de la medicina por parte de médicos y enfermeras que también prestan servicios en los hospitales públicos. No se puede servir a dos señores. O estas con Dios o estas con el diablo. Jugar en dos aguas no tiene nada de revolucionario. "O eres moluscos o eres mariscos" como decía nuestro recordado Joselo.
Y lo más importante de todo esto es que con el infarto de Denis, creció la confianza y la certeza de tener el mejor centro hospitalario de todo el occidente de Venezuela (al cual vienen miles de colombianos a buscar salud) que en la actualidad, bajo la dirección del Dr. Ferrer, cuenta con un ejército de hombres y mujeres preparados y dispuestos a darlo todo por la salud de los que allí acuden. Eso nos llena de regocijo y levanta nuestra moral revolucionaria.
