Juan Griego. Margarita. Nueva Esparta (15,25 Horas) Mientras mi esposa, mi hijo y mi nuera; caminaban el pueblo en la tarea de comprar pan. Opté por quedarme a contemplar en la bahía de Juan Griego; el maravilloso portento de luces y contrastes que ofrecía el sol en su ocaso.
Algunas embarcaciones permanecían varadas en la playa. Otros botes anclados en el abra y no distantes; al armónico ir y venir de mansas olas, con algunos marineros a bordo, me saludaron desde corta distancia en gestos de finiquito de año 2.016. Mismo que inexorablemente fenecía. Respondí amigable en saludo gestual de abrazo; y uno de ellos portando en su mano derecha una botella presumiblemente de ron; dicharachero y alegre me ofreció a la distancia un generoso trago. Respondí alzando una de mis manos en la cual yo también de festejo, bebía un generoso destornillador de vodka. Y de nuevo mutuamente saludándonos. Ellos continuaron con su farra abordo; y yo me ensimismé más, en la belleza que me ofrecía Juan Griego a esa hora; y en esos instantes de soledad y recogimiento de mi espíritu.
Me acerque más a la playa de maravillosos arenales. Y disfrute del silencio de aquellos instantes. Del manso oleaje que venía a rendirse al pie de la costa y carretera. El espectáculo era mágico por la confluencia de la luz del sol contra las apacibles aguas de bellísimo azul del puerto de Juan Griego que le impregnaban de plateado intenso. Sus barcos de mediano calaje y poca quilla, arrimados en la costa. Sus botes de pescadores anclados en apacibles dormideras con la mar. ¡¡Todo llenó mi espíritu de una inmensa paz y gratitud, y mentalmente di gracias al Gran Arquitecto por estar vivo y disfrutar de tan maravilloso espectáculo!!
Luego de mi ensueño y vuelo onírico. Reparé de pronto; que tenía al lado contiguo a mí. A un silencioso ser; joven de algunos cuarenta años de edad. Rojo como un tomate. Notablemente bebido. Me sonrió afable y de inmediato expresó: ¡¿Cómo está Ud. compaíto?! ¡¿Ud. no es de acá de Laisla verdad?! Y continuó. Noté su ensimismamiento con las bellezas que nos ofrece a naturales y visitantes nuestra rada de Juan Griego. ¡¡Yo las amo también porque soy poeta y ellas corman mi arma de inmensos regocijos!! Y remató. ¡¿Puede primo hermano darme cien bolívares para comprarme un ron?!
Sorprendido por lo elocuente y lo directo de su pedimento que implicaba lirismo, ruego y una inmensa y bellísima inocencia. Le respondí. Estamos bien estimado compatriota. Absolutamente convencidos de que, al margen de angustias y precariedades, nuestro gobierno revolucionario sabrá enrumbar al país por picas de sosiegos y abundancias.
Estamos amigo mío; agradecidos de la vida. Agradecidos de los amores que lo constituyen la esposa. Los hijos y nueras. Los nietos y nietas. De todos aquellos que nos quieren y respetan y también nosotros queremos y respetamos en sentimientos de recíprocas hermandades y militantes y sinceros afectos. Acá estamos amigo mío. En margarita despidiendo al año que se marcha y no retorna. Acá estamos en Juan Griego ensimismados en sus maravillosas y sorprendentes bellezas que nos hacen evocar al amado y entrañable pueblo del Hatillo allá en Anzoátegui donde conocí a mi esposa y formé familia. Acá estoy en Juan Griego rindiendo tributo a su generoso y esplendoroso sol. Su rada. Sus varadas embarcaciones. Su mansa mar. Sus anclados botes y afables y parranderos pescadores que oteo cercanos a la distancia. ¡¡Ciertamente hermano mío, yo también venero y amo a la belleza!! ¡¡Ciertamente hermano mío me invade el sentimiento y regocijo de contemplar lo plástico, y lo hermoso!! ¡¡Hurgar dialectico y a la vez sublime en la esencia del hombre y de la vida pretendendiendo invadido de lirismos y amorosas esperanzas, ser poeta como Ud.!! Y de seguidas; de mi vaso. Le ofrecí un trago de destornillador, que cortes rechazó. ¡¿Gracias compaíto, pero puede darme un trago der vodka solo?! Y le complací con medio vaso de vodka que en dos tramos goloso consumió.
Hablamos generalidades y de repente mirando fijo a mis ojos. Expresó. ¡¿Sabe primo hermano, yo soy un hombre feliz?! ¡¡Soy feliz porque soy poeta, loco y borracho!! ¡¡No soy hipócrita ni miento!! ¡¡Soy agnóstico porque la luz está dentro de mi alumbrando mi camino!! Y continuó. ¡¡Por eso primo hermano le abrí mi corazón, exponiéndome ar rechazo y lo grosero; que Ud. trucó por lo afable, respetuoso, inclusivo, generoso y solidario!! ¡¿Sabe una cosa compaíto, cuando se encuentran dos poetas, se abren los cielos y er amor saluda a la esperanza!! ¡¡Por eso compaíto, le solicité los cien bolívares para comprar un ron!! - ¡¡Se los pedí, por amor!! - ¡¡Porque soy poeta, loco, borracho y enamorado de Juan Griego!! Y der seguidas exaltado y sublime con voz baritonal producto de los tragos. Luminoso y gigante en su glorioso canto a Dionysus. Me obsequio impecables e intactos maravillosos trozos del inmortal Tagore.
Nos largamos el resto de la botella de vodka. Él puro sin ningún aditamento. Yo pausado y cuidadoso, evitando una voladora pea, consumiendo destornilladores. A lo cercano vi retornar mi gente. Mis amores; que intrigados y a distancia observaban la parte final de la conversa. Notó los aprestos de mi partida a Por La Mar; y nos saludamos de despedida con un abrazo fraternal de cómplices bohemios de la vida. Le ofrecí de obsequio decembrino mil bolívares de mi proletaria pensión, que rechazó argumentando que ahora. No debíamos arruinar los encuentros de mutuos caminos y amistad que sentenciando afirmó; no eran asuntos de azar en nuestras rutas. Le ofrecí entonces una botella intacta de vodka que gozosamente como un chiquillo agradecido aceptó; y de nuevo nos abrazamos. Mi nombre es Juan Pablo Mata compaíto. Mi rumbo es Laisla que tengo marcada en mi corazón y en mis versos. Mi destino er campo de jugos donde primeramente se ofrecen lágrimas y lamentos y luego silencios y ausencias. -
¡¡No orvide que los poetas somos seres atormentados!! - Si vuerve y estoy vivo. ¡¡Búsqueme acá en Juan Griego y juntos beberemos y cantaremos ditirambos a Baco y a Juan Griego!!