Llego a creer, que en otros estados de este país, mi país Venezuela, el PSUV, tiene las bolitas del árbol navideño bien puestas, con olor a bases populares, y no como en estos lares, en donde el sol calienta la miseria y el PSUV sólo está de adorno y huele después de tanto tiempo a monarquía y pandillas de la política.
En 18 regiones el pueblo se mostró, aquí en el Táchira, igualmente lo hizo, solo que castigó una mala gestión, castigó a grupos eternos y hasta hereditarios verdaderos clanes de la política, gracias al apoyo de Caracas, de Maduro y Diosdado; basados en el principio, “el poder es para usarlo” y el PSUV, para limpiarse con el.
En estos cuatro años de desgobierno en el Táchira, el PSUV, se caracterizó por su ausencia contralora, por el contrario complació en todos sus avatares a un gobernador ególatra, despótico, mitómano, característica esta ultima de gran realce ya que creía sus propias mentiras, haciendo del pueblo Tachirense culpable del desorden sacrosantamente público y a las UBCH reos de su derrota
Es bueno recordar, aquel día en que el Consejo Legislativo y nuestro gobernador, asignaron un carajito de 24 años en la presidencia de la Lotería del Táchira, lotería que quebró; recordar cuando el gobernador impuso a su bella esposa en voto lista a la Asamblea Nacional; recordar como mantuvo a los prefectos, “imberbes políticos”, como jefes políticos de las parroquias y municipios, invisibilizando a los CLP. UBCH y Buró políticos parroquiales y municipales, al propio estilo de los jefes civiles de Gómez; todo ello avalado por Caracas.
Pero, en toda esta vorágine que sufrió el Táchira, en estos cuatro años de desfachatez política el menos culpable fue el Gobernador saliente.
Todas las cosas que por aquí pasaron, tuvieron el apoyo irrestricto de Maduro, Diosdado, PSUV y en un posterior muy cercano, las UBCH; estos últimos creían en las cosas, en el discurso de la cosificación, de las miquinguerias de papel que este ofrecía y poco cumplió. Esos apoyos mitigan y alegran al gobernador, a su ego sobresaliente. Apoyo irrestricto, que da corresponsabilidad compartida en el desastre político que sucedió en el Táchira.
Quien siempre estuvo claro fue el pueblo, como lo estuvo contra 18 candidatos de la oposición a nivel nacional, castigando las guarimbas, las decisiones políticas desacertadas y por traidores. Pero en igual magnitud el pueblo acertó, castigando las políticas equivocadas de la gobernabilidad, como fue el caso del Táchira: Barrio Adentro cerrados, Bicentenario y un CLAP disfuncional, poco transporte publico, largas colas para lograr gasolina y alimentos, una gobernabilidad que no le paraba bolas a las bases populares.
La epopeya del Táchira es de vieja data, pero entró en un capitulo más, cuando nuestro entonces gobernador del Táchira, fue impuesto por el PSUV nacional, como si aquí en el Táchira viviéramos puros castrados. Fue enviado al Táchira a que fuera derrotado y dejara de joder en Caracas y ganó, pero como en el Táchira poseemos una oposición paradigmática, esta le dio el triunfo. La dedocracia, característica fundamental de la gobernabilidad nacional, se imponía con un triunfo difuso, como difusa fue su accionar político.
El PSUV del Táchira, siguió el juego por más de cuatro años del cantar de nuestro derrotado candidato, juego que era caracterizado con un corto circuito de gran magnitud, decisiones que chispeaban con las políticas del presidente Maduro y la revolución, por ende con las solicitudes del pueblo. Todo el buró del Táchira, seguía el sonar del cantar de este pájaro saltarín, buscando las migas de madera, que este dejaba, olvidando lo sustantivo del pueblo, su bienestar.
Si bien, el PSUV nacional y local ocultaba los bandazos locos de nuestro gobernante, por otro lado Maduro, no descubre a través de su Ministerio del Interior, “el que todo lo sabe”, lo que aquí pasaba y pasa. Por el contrario, en sus alocuciones hablaba de su gobernador cuatriboleado, en clara ofensa al Táchira, a, opositores, Niní y chavistas serios; votos potenciales y necesarios.
En estos días atrás, nuestro Táchira patriota, sobrepasando las guarimbas terroristas de la oposición, eligió 30 constituyentistas. Una coyuntura especial que se dio, no permitió a mucho enchufado, meterse en la pelea, por lo que algunos miembros de las bases populares lograron colarse.
De seguro y no especulo, pero un 90 % de estos constituyentistas, muestran su desagrado con el ex candidato, pero de seguro, como el hombre es del grupo de soldados de Cabello, le salven, como es costumbre en los clanes, a pesar de que el Táchira se expresó, en forma contundente.
Maduró y su combo caraqueño, volverán a imponer en otro cargo, al pájaro carpintero de largo pico; los constituyentistas serán invisibilizados y el Táchira abofeteado y azuzado por su pecado de no haber aceptado su loco, en este pasado 15 de octubre del 2017, luego de la visible crónica de una muerte política anunciada.
El Táchira como gente de paz, a veces atiza, pero, como están las cosas, ni tiza tienen, pero sabe cobrar; no se descuiden, estos votos pueden faltar, pudiesen ser necesarios y, mas en una guerra económica que se agudiza y profundiza, poniendo en duda la continuidad revolucionaria; mas ahora que nunca, el pueblo requiere el poder.
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