¡Mérida herida y olvidada!

El 09 de octubre de 1558 se funda la ciudad de los Caballeros de Mérida, hace 460 años, por el capitán Juan Rodríguez Suárez (conocido como el hombre de la capa roja), conquistador español que donde hallaba indios pacíficos los repartía como ganado entre sus soldados y distribuía en sus tierras. Hubo varios propósitos de fundación o cuatro Méridas primitivas, pero de todas ellas surgió la hoy existente. Tan pequeña era la ciudad que la Universidad de Los Andes la arropaba, ambas se confundían, al punto que Mariano Picón Salas llegó a decir "una universidad con una ciudad por dentro". La ciudad estudiantil fue donde convergieron eméritos ciudadanos como Vicente Campo Elías, los rectores ilustres Caracciolo Parra y Pedro Rincón Gutiérrez; la población los Cerradas, los Gavirias, los Rodríguez Picón, Febres Cordero; entre otras familias elitescasrepresentantes de la intelectualidad. Aquí aprendimos a deleitarnos con "Las cinco águilas blancas" de Don Tulio; a vibrar con la juventud ulandina rebelde, con el canto a la mujer de "Preciosa merideña" de Pedro J. Castellanos;con el arte, de Salas Dávila, la pluma de Marco Vinicio Salas; lasesculturas de Manuel De La Fuente y Carlos Colmenares, con el buen humor de nuestro querido payasito "Teterito", con nuestra TAM desde sus pioneros Hugo Anzil y Miguel Antonio Salas; podemos ascender hasta lo más alto de nuestra sierra a través del Teleférico más alto y largo del mundo (hoy Sistema Teleférico Mucumbarí); a conocer los símbolos emblemáticos: el Bucare Ceibo, el Frailejón, el Oso Frontino y el Cóndor de Los Andes; a deleitarnos con nuestros dulces típicos y la gastronomía merideña; a admirarnos con la caballerosidad, humildad y solidaridad de sus moradores; a conocer la también llamada ciudad de El Edén, circundada por cuatro ríos (Albarregas, Mucujún Chama y Milla); a conocer la artesanía típica en el moderno Mercado Municipal, centro de compras obligado para quienes visitan nuestra ciudad. Es esta mágica ciudad un portento de luz para quienes aquí la Providencia les dio la posibilidad de nacer y vivir.

Sin embargo, hoy tenemos una Mérida herida y olvidada por un gobernador que asumió la conducción de este estado producto de la mala gestión del gobernador Alexis Ramírez, a quien el pueblo castigó a través del candidato Jehyson Guzmán. Guevara tampoco asume su rol como tal porque gobierna con una oposición dividida que no le permite direccionar y conducir el estado Mérida hacia un mejor nivel de desarrollo, porque forma parte de esta guerra económica y política contra el gobierno nacional. El gobernador pierde una oportunidad de oro con la gente que le dio su confianza para transformar a Mérida en una ciudad y estado modelo del país. Aquí no existen programas de vivienda, de infraestructura, los centros de salud están desasistidos; los bachaqueros tienen el dominio de la ciudad, los comerciantes aumentan los rubros de manera desenfrenada y no pasa nada; los principales alimentos los desaparecen ante la mirada indiferente de los funcionarios regionales; los parques y plazas están cubiertos de basura; el turismo ha decaído por falta de políticas de promoción y asistencia en esta materia. Nunca con los adecos se vivió mejor y ésta vez no es la excepción. La gestión del alcalde del municipio Libertador, Alcides Monsalve, es totalmente gris. Nuestras calles y avenidas hacen la semblanza de una ciudad fantasma, no hay luz para iluminarlas pero al palacio arzobispal le vistieron hasta de telas. No hay un rincón de Mérida que no esté minado de basura. Ningún alcalde de Mérida ha presentado a las comunidades un plan de reciclaje de basura, que le permita generar ingresos propios para su entidad. Todos los alcaldes del país ven la basura como un problema y no como un recurso de auto gestión inversión. Mérida hoy compite con las grandes ciudades del país en vertederos de basura. El problema del transporte pica y se extiende; los choferes de todas las líneas irrespetan a los usuarios, a los estudiantes y a las personas de la tercera edad. Las calles y avenidas se convirtieron en un caos total, no hay reglas, ni controles de ningún tipo. Volvimos a la Mérida primitiva.Aún hay gente que cree que con los adecos se vive mejor.

Las responsabilidades del gobierno a nivel central con Mérida, a través de su protector Jehyson Guzmán, son ineficientes. El servicio de agua en la ciudad y todo el estado Mérida es pésimo, hasta hace poco consumíamos agua no potabilizada; no existe un plan de suspensión del vital líquido, ni tampoco se explica las causas por las cuales lo hacen. Los cortes y bajones de luz aún persisten, ocasionando daños en los bienes y servicios de los merideños. El servicio en materia de seguridad es pésimo, los atracos y robos están a la orden del día y no hay policías. Los bachaqueros y comerciantes desangran el salario de quienes buscan todos los días un sustento para sobrevivir, sin que los organismos nacionales actúen. Se necesita un protector de Mérida que en realidad asuma el compromiso con el pueblo merideño, no que repita el mismo papel del exgobernador Alexis Ramírez. Ante tanta desidia no es poca cosa lo que sentimos los merideños hoy en día por la inacción de tres personas que tienen roles distintos, pero que no hacen los cambios necesarios para devolverle a Mérida el rostro y la atención que merece. No hay nada que celebrar. Los merideños nos merecemos un mejor trato. Es el momento de reivindicarse con el pueblo merideño. Todos tienen una gran deuda con esta ciudad y el estado. La paz, la salud, la alegría a nuestra Mérida herida y olvidada es sin condiciones, con humildad de las partes. Lo que está en peligro no es el gentilicio merideño, sino una ciudad que han venido abandonando y para que ustedes lleguen a su punto final tendrán que conquistar a los campesinos, a las amas de casa, a los trabajadores, a la masa estudiantil; dando ejemplo de saber y consciencia. Ustedes tienen una oportunidad para reescribir la historia, con la pluma de la paz para demandar por más bienes, servicios públicos, leyes más democráticas y equitativas y no para marchar o defender la propiedad privada, o negocios extranjeros, o propiciando invasiones militares. Los merideños luchamos por nuestra Patria y el HOMBRE después de haberla emancipado."Bienaventurados los que luchan por la paz, porque su recompensa será la libertad de consciencia que nos corresponde, sin excepción".



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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