Ya saldrán los "revolucionarios" del "todo bello", esos que se creen más chavitas que el comandante Chávez a ofender y a justificar cualquier desastre diciendo: "¡por Dios!, cómo ponemos en tela de juicio nuestra revolución por un pernil", "que este proceso vale más que un trozo de cerdo", "que en el país hay problema económicos y financieros más graves, para ocuparse de un pedazo de puerco", "que la conciencia de un revolucionario tiene que estar por encima de una pata de cochino", "que formular este tipo de denuncia no hace más que apoyar a los terroristas de la oposición", "que estos casos no se ventilan públicamente", "qué hay que utilizar los canales regulares", entre tantas otras estupideces y jaladera de bolas.
No es el pedazo de cochino ¡coño!, es que nos destruyen la revolución en las narices desde algo tan simple como una pieza de carne y no ocurre nada; la manera descarada, vil, indolente, cómo le mienten a la gente, pilar fundamental del proceso bolivariano como lo recalcaba Chávez; es la forma cómo se burlan de todo un pueblo, cómo el presidente Nicolás Maduro anuncia en cadena nacional toneladas sobre toneladas de perniles para los beneficiarios del Carnet de la Patria en diciembre, mientras el gobernador del Zulia, Omar Pietro, hace lo propio por los medios de comunicación social con la llegada del alimento al puerto, y muchos en Maracaibo no recibieron la proteína. ¿Es que aquí no se cumplen las órdenes del Presidente y del gobernador? ¿Es que no llegó pernil para todos? ¿Llegó y se lo robaron? ¿Si se lo robaron donde están los responsables? ¿Qué ocurrió? ¿Cuál es la verdad? Explíquenle al pueblo.
Se habla de varias comunidades sin pernil, y me consta que en la parroquia Luis Hurtado Higuera, específicamente en el barrio Los Robles, Maracaibo, el Consejo Comunal Raíces del Poder Bolivariano 1, no lo entregó. Y la caja Clap la distribuyó dos veces en 2019 en tanto los gobernantes desde Maduro pasando por el gobernador Omar Prieto hasta el alcalde de Maracaibo, Willy Casanova, se dan golpes de pecho informando que mensualmente las familias adscritas al Carnet de la Patria reciben religiosamente tal beneficio. Y no es así.
El Consejo Comunal Raíces del Poder Bolivariana 1 ni siquiera repartió los juguetes. Se burlaron impunemente de algo tan sagrado como los niños de la Patria. Pareciera que, a los tres niveles del gobierno en Maracaibo, no les duelen los más pequeños. Creen que posando en una foto cargando y haciéndole cariños a cualquier muchacho, van a convencer a la gente de que sienten amor por los infantes. Populismo barato. Eso solo se lo aplaudimos a Chávez, quien si sentía amor por nuestros hijos y nietos. Eran su prioridad y lo demostró.
Los beneficios llegan hasta los llamados jefes de calle, actualmente uno de los nombramientos más anhelados dentro de la estructura de los consejos comunales. De allí en adelante, lo que quedan son las esperanzas truncadas de un pueblo que drena su rabia e impotencia despotricando de esa revolución, que con tanto esfuerzo llevó a cabo el Comandante Eterno.
Ahora, ¿sabe el presidente Nicolás Maduro que en Maracaibo hay sectores donde no recibieron ni pernil ni juguetes ni el Clap en Navidad? ¿Lo sabe el gobernador Prieto? ¿Lo sabe el alcalde Casanova?
Desconozco si lo saben o no, de cualquier manera, la situación es triste y preocupante para el pueblo. En lo que respecta al alcalde y el gobernador si lo saben deberían tomar acciones de inmediato, y si no lo saben, peor, son los gobernantes que deberían estar más cerca de la gente en esta crisis brutal que nos avasalla.
Lo peor es que las consecuencias las paga Nicolás Maduro, quien debería ordenar una investigación desde donde se inició la distribución de los perniles hasta los representantes de los consejos comunales, con el fin determinar por qué desaparecieron junto con los juguetes. Si es que llegó pernil y juguetes para todos como dijo y me disculpan, pero es que ante tanto relajo uno llega hasta pensar que quizás no trajeron las toneladas de este alimento como lo anunció el mismo Presidente.
Las consecuencias las paga, incluso, Omar Prieto, de quien despotrican en la calle tanto chavistas como opositores; algo asombroso, la gente se pregunta con insistencia dónde está el otrora alcalde del municipio San Francisco, cuya gestión lo llevó a la gobernación zuliana. No quedó ni la sombra. El caso ha llegado a tales magnitudes que, en mi caso, puedo decir que desde que llegó al Palacio de los Cóndores, no he escuchado un comentario a su favor en ninguna parte de Maracaibo. El alcalde Casanova como casi no lo ven, goza del beneficio de que lo ignoran, así de simple, no lo mencionan ni para echarle la culpa.
Yo en realidad creo en Maduro, lo veo sincero, sin embargo, hago la aclaratoria porque a veces le cuesta a uno convencerse de que ante irregularidades tan evidentes en Maracaibo, desastres que la gente grita por la calle, en las redes sociales, no sepa o de alguna manera no se entere; por otro lado veo al hombre sensible ante las injusticias, ante la crisis, trabajando por y para el pueblo, buscando beneficios para hacer más llevadera esta situación que nos impuso la oposición terrorista, el imperio gringo con las sanciones económicas y el bloqueo financiero, y la incontrolable corrupción roja rojita a todos los niveles.
De todos modos, la gente en Maracaibo no percibe que las órdenes impartidas por Maduro se cumplen. Y eso es grave, preocupante, desesperante, uno no halla a qué atenerse. El pueblo en este municipio se siente desamparado, al garete.
Da dolor como le sabotean las medidas emergentes que toma para aliviar las penas de los más necesitados. Pareciera que no tiene quien lo ayude en los estados y municipios. Bueno, realmente no sé, ya uno no sabe que pensar sobre semejante desastre en Maracaibo.
Más viendo como en 2018 se robaron los fulanos perniles, cuestión que produjo un gran escándalo, aunque sin consecuencias, salvo el agravio y la burla al pueblo. Ahora en 2019 los vuelven a prometer, les llega a unos y a otros no, y nunca hubo una respuesta al respecto, mientras al Zulia le zumban los oídos escuchando a la gente hablar mal de esta revolución que le costó la vida a Chávez y a muchos venezolanos verdaderamente patriotas.
Pero las esperanzas son las últimas que se pierden. Esperemos que el Presidente lea esta denuncia crítica y, por lo menos, ordene la correspondiente investigación y se les aplique la ley a los responsables. O la ordene el gobernador Omar Prieto, porque en el fondo esa irregularidad también lo afecta a él, de lo contrario, el Gobierno nacional seguirá anunciando perniles, seguirán llegando al puerto de Maracaibo, pero no los recibirá gran parte del pueblo…El Consejo Comunal Raíces del Poder Bolivariano 1 del barrio Los Robles, también debería pronunciarse, hay que acabar con tanta impunidad, el eterno problema de esta revolución que inició Chávez.