Cada vez que los chavistas tienen algún revés en los resultados de las elecciones nacionales o regionales con respecto del Zulia, algunos revolucionarios se sorprenden, se aprietan la cabeza con las dos manos, no lo pueden creer, otros argumentan que los maracuchos, marabinos, maracaiberos o como se nos quiera llamar, somos complicados, diferentes al resto de los venezolanos, pero no se dan cuenta -o no se quieren dar cuenta-, que cuando no hay comicios, la atención a las necesidades de este pueblo son precarias, y la gente denuncia y sus denuncias se las traga un inmenso muro de silencio e impunidad.
El presidente Nicolás Maduro Moros, en la presentación de su memoria y cuenta en la Asamblea Nacional Constituyente, llamó a una guerra contra todo lo mal hecho, contra toda la corrupción, contra los funcionarios encerrados en torres de marfil, ahogados en papeles inútiles, contra el burocratismo que mata a la revolución. "O cambia, o se van o los renovamos".
Ojalá ahora si de verdad tome esa decisión, porque eso anima, llena de esperanza, de fe al pueblo, pero preocupa sobremanera que en la misma intervención hable de la entrega puntual de los Clap en el país, así como de perniles y de juguetes, como si no estuviese al tanto de las irregularidades que se presentan en la distribución de este beneficio. Después pidió en reunión con los alcaldes bolivarianos, que no se los disminuyan, que son 24 productos, pero es que, repito, en algunas localidades del país ni los reparten.
Me parece increíble, por ejemplo, que aún no le hayan informado -si es que no le han informado- que, por lo menos, en Maracaibo, hay comunidades que solo reciben dos Clap por año y tampoco cuentan con la entrega de perniles y juguetes. Los vecinos denuncian, protestan, y no encuentran eco. Nadie del Gobierno revolucionario se conduela de ellos. Y el Psuv-Zulia pintado en la pared.
Es imposible creer que los altos funcionarios de la revolución en la capital zuliana no tengan conocimiento de que, por ejemplo, El Consejo Comunal Raíces del Poder Bolivariano 1 y 2 del barrio Los Robles, parroquia Luis Hurtado Higuera, Maracaibo, no distribuyó juguetes ni perniles en diciembre de 2018 ni de 2019, irregularidad que, al parecer, ocurrió en otras regiones del país.
Ahora en enero entregaron el primer Clap de este año, pero sin leche, sin aceite, sin azúcar, sin ningún enlatado, y no hay quien dé una explicación al respecto. Desconozco si el gobernador del Zulia, Omar Prieto, y el alcalde de Maracaibo, Willy Casanova, tienen conocimiento de tal situación.
De lo que sí sé es del descontento, de la manera como la gente culpa de la situación tanto a Maduro como a Prieto, a Casanova; sé, también, que esa falta de atención por parte de la revolución en las comunidades, es una de las causas que producen los reveses que los analistas políticos no entienden en cuanto a los resultados de algunas elecciones en Zulia, o no quieren entender, porque no se puede ser tan ciego, para no darse cuenta que, si no se trabaja por y para la gente, la gente simplemente no apoya.
Con Chávez aprendimos que no debemos aceptar chantajes, candidatos impuestos con el perverso argumento de que si no apoyamos a determinado político -así sea uno de esos mamotretos que abundan en el gobierno vestidos de rojo-, no somos chavistas.
Solamente debemos respaldar a los dirigentes que trabajan por las comunidades, y tener mucho cuidado con los "piquitos de oro", esos que hablan hasta por los codos, pero no hacen nada. La finalidad es apoyar únicamente a los que están de frente con las comunidades. Lo contrario sería hacerse cómplice de la impunidad, la injusticia y la corrupción que campea en el país en detrimento de los más necesitados.
A mi juicio, el Zulia no es un hueso duro de roer en el ámbito electoral como pregonan muchos, los que son duro de roer son los políticos, dirigentes, gobernantes, que no atienden las necesidades, como ocurre con los del Psuv-Zulia
Lo más graves es que cuando escuchamos los discursos de Maduro, observamos que están cargadas de buenas intenciones, de beneficios, con la finalidad de hacerle más llevadera la crisis a las personas de menos recursos, incluso, da órdenes estrictas, pero que lamentablemente no se ve que cumplen, como ese de la distribución de perniles y juguetes que debe hacer el Consejo Comunal Raíces del Poder Bolivariano 1 y 2 del barrio Los Robles y no hace.
Vienen elecciones de diputados a la Asamblea Nacional, y si la situación continúa con esa indolencia hacia los vecinos de las comunidades más pobres de Maracaibo, no nos sorprendamos si no se dan los resultados esperados, porque repito, aquí la gente denuncia, grita, chilla, y no se le atiende como tal vez imagina el presidente Nicolás Maduro Moros.