Cuando en la actualidad la radio juega un rol súper importante en la vida nacional, es necesario el reconocimiento de los hombres y mujeres que a través del tiempo se han mantenido en el medio, mucho más allá dentro de la cabina al igual que en su convivir diario siempre conectado a la comunicación social sin olvidar su responsabilidad histórica. Llegar a los 42 años frente al micrófono y mantenerse activo con la claridad mental que da la experiencia como es el caso de Nelson Bitar significa saber lo que se hace y para que se nació.
Se enamoró de la actividad a los 7 años, en momentos que participaba cantando en una emisora radial de Puerto La Cruz, le gustó ese mundo marcándose esa meta futura, mientras ayudaba a su madre en el presupuesto familiar bastante apretado con 9 hermanos, siendo Nelson el menor. Asistiendo al Colegio Salesiano Pio XII trabajaba ayudando a los turcos vendiendo ropa de puerta en puerta, limpiaba zapatos en la plaza Bolívar, vendió perros calientes con el famoso Lotario, realizó otras actividades compatibles con la edad de un niño.
Aún estudiando en la universidad siempre estuvo apegado a la meta de locutor compartiendo en sus inicios ambas actividades. Estudió locución en Caracas al principio no le dieron el titulo a pesar de haberse graduado con excelentes notas, por no contar con la mayoría de edad. Le dan la primera gran oportunidad en Radio Caracas Radio de 12 de la noche a 6 de la mañana eso porque ningún locutor quería ese horario lo cual expresa con mucha sinceridad.
Había un director en Radio Anzoátegui que tuvo la oportunidad de oírlo en una emisora caraqueña, este lo llamó expresándole que cuando viniera al estado Anzoátegui lo visitara, así fue, apareciéndose luego de viajar en moto con una melena que le llegaba a los hombros y el subdirector le manifestó que así no podía entrar a la emisora, Bitar le preguntó quién era él, contestándole yo no vine hablar con usted, esperare que venga el director. Vino, lo trató muy bien ofreciéndole contratarlo con mejores condiciones. Laborando posteriormente por 14 años logrando a la vez una proyección y fama a nivel nacional, que le sirvió pata trabajar en buena parte de Latinoamérica.
Siempre fue preciso no titubeaba en sus decisiones, todavía es así. Cuando ignoró al subdirector sabiendo esperar al director, el tiempo que estudió veterinaria sabiendo que al final era solo una herramienta para tener fuerza para la radio y sobre todo cuando tuvo cáncer en las cuerdas vocales y el médico cirujano le comunicó que no podía ser más locutor, no dudo en afirmarle que seguiría en su carrera con el esfuerzo propio y la fe depositada en el creador. Así lo hizo, mientras siempre estuvo en el medio se desempeñó como director entre otras ocupaciones.
Siendo buen padre, lamenta no haberle dedicado más tiempo a sus hijos. Entendiendo que todos ellos influyeron para que dejara un legado del cual se sientan orgullosos como él con su propio padre.