Será el destino o la mala suerte pero lo cierto es que a Lechería han llegado alcaldes sin el mínimo sentido de aplicar el bien común, se quedaron en las metas personales. En esa esa oleada entró Alexis Ortiz con credenciales de dirigente nacional, montó todo un show en la campaña electoral, el comando funcionaba debajo de un toldo sin puertas ni rejas que impidieran el paso de los ciudadanos. Su única obra fue la de "enseñar" a los morreños cómo escribir Lechería.
Fue destituido por los concejales, huyendo luego a Miami debido a la orden de aprensión del Fiscal VI José Alberto Morillo. Allá fundó el restaurante La Patata en sociedad con Orlando Urdaneta. Supuestamente compró una casa en Pembroke Pines. Nunca apareció, ni se acordó del municipio Urbaneja.
En ese mismo plan de galán de cine se colea, Efraín Bedoya, apoyado más en el currículo del padre que de sus propias credenciales. Por momentos se manejó su nombre para la gobernación del estado. No cuajó, al final rompió con los partidos que lo apoyaron. Mandando solo. En ese final cuadró la venta de los terrenos de Caztor, no se sabe si con sobreprecios, pero se manejó mucho dinero.
Fue denunciado en los medios de comunicación por realizar escandalosos negocios con apetecidas propiedades públicas. Pertenecientes al Complejo Turístico El Morro de Lechería, que incluían la venta de marinas, espacio públicos recreativos y campos de golf. Se dice que entre los principales beneficiarios se encontraban el banquero Álvaro Gorrín y Umberto Petricca.
Ya se había hecho famoso por los permisos de construcción que le daba a los promotores de residencias, pues si la ley permitía seis pisos supuestamente el burgomaestre le firmaba permisos por doce a cambio de acuerdo a los comentarios, no nos consta, pedía una colaboración del pent house. Construidos en su mayoría en la calle Arismendi, la cual debieron cambiarle el nombre por calle Bedoya
Gustavo Marcano llegó gracias al porta aviones de Primero Justicia, con el pasaje regalado por Julio Borges, se creía el último refresco del desierto. Se comentó que de las arcas del municipio se pagaba a los directivos nacionales de PJ. Supuestamente aprovechó el tiempo en montar una tienda de zapatos con una franquicia internacional. Denunciaron irregularidades en el Conjunto Residencial Santa Rosa, pues se aprobaron recursos para construir 128 apartamentos y solo se edificaron 48.
El Tribunal Supremo de Justicia lo sancionó con 15 meses de prisión mediante la sentencia N° 377, declarando también su falta absoluta e inhabilitación política. No se presentó a la audiencia, huyendo a los Estados Unidos.
El actual alcalde Manuel Ferreira, conocido por sus constantes viajes a Miami, de acuerdo a la versión de la periodista Maibort Petit, parece que ya tiene preparado un nicho en el norte. Sus aspiraciones a gobernador son un especie de chantaje a la unidad opositora para que al final lo apoyen en la reelección. Estrategia basada en la poca aceptación de los ciudadanos quienes no han visto nada positivo de su administración. Según la periodista Petit, su campaña fue financiada por el exalcalde Guanta, Jonatán Marín, y él sólo contestó rogándolo que lo dejara en paz.
Basta saber quién lo financiará en esta nueva campaña, o es que ya tiene recursos propios o peor aún los está buscando desesperadamente. Sería interesante que el Consejo Legislativo Regional tomará cartas en el asunto del alto costo del servicio del aseo urbano, realizando auditoria, viendo realmente la justificación del exagerado margen de ganancia de lo que se ha convertido en el servicio más caro de todo el país.
En ese mismo sentido, los diputados regionales deben meter la lupa en los terrenos de La Ciudad Vino Tinto, en donde ya hay un movimiento de tierra, para saber si es cierto que el ciudadano alcalde de Lechería está dando concesiones de parcelas al parecer sin pasar por la Cámara Municipal.
