El solo anuncio de las aspiraciones a la gobernación del estado Anzoátegui por parte del actor y empresario Jaime Araque, ha tenido un impacto positivo en la población de esta entidad federal, Contrariamente a los politiqueros de oficio, les ha dado ataques de pánico, al solo oír su nombre.
Temen a la forma de hacer política de Jaime Araque, completamente desvinculado a la tradicional de ejercer la actividad. Viene con un morral lleno de proyectos para servirle a la comunidad, impregnado de fieles deseos de serle útil a la sociedad, sobre todo en momentos tan difíciles.
No viene con un morral a llenarlo de dólares ni de negocios personales, su estabilidad económica y profesional la logró gracias al esfuerzo de toda su vida, así que su meta es cambiar conceptos errados de los que durante en su trayectoria si han vivido de la actividad política. Sin tener en cuenta valores ni principios.
Le temen a la imagen fresca de Jaime Araque, nadie puede acusarlo de haber ejercido cargos públicos, ni de estar involucrado en hechos de corrupción. Le temen hasta a la proyección de su personalidad que irradia confianza en cada una de sus palabras y de sus actos.
Jaime Araque ha sido muy inteligente en este ingreso a la política regional, no se ha rodeado de bates quebrados que usen como armas la mentira y la adulancia. Su equipo en su mayoría es de jóvenes deseosos de participar en esta experiencia colectiva de bienestar y bien común para todos los habitantes del estado Anzoátegui
Le temen a Jaime Araque porque a pesar de no haber participado nacionalmente tiene conocimientos y criterio del rol de un político a carta cabal, la experiencia vivida en el hogar familiar con un padre diputado y rector de una universidad, le marcaron huellas llenas de buena conducta sujetas a la humildad y el buen trato para con los demás.
Saben que Jaime Araque no es un novato, los años de residencia en Ecuador muy cerca del poder político le forjaron conocimientos capaces de advertirle donde están los que le hacen daños a los ciudadanos. A hombres como él se les critica el éxito, lo hacen precisamente los que fracasados en la vida se han amarrado de la política para vivir de ella.
Le temen a ese esfuerzo propio de Jaime Araque, que gracias a eso ha conseguido los logros individuales, no ha tenido que buscar padrinos, ni protectores para alcanzar las metas, su talento, carisma y capacidad física son el motor que guían su existencia.
Los politiqueros de Anzoátegui, temblaron cuando Jaime Araque manifestó no tener problemas en competir en unas elecciones primarias, pensaron que eso sería la barrera que detendría sus aspiraciones. Y no es así, participará para demostrar que él no le tiene miedo a esas maquinarias desgastadas. De allí que desesperados iniciaron una inútil campaña de desprestigio alimentada con calumnias, sin mirarse el currículo de los financistas de esos falso personajes en las redes sociales. Definitivamente temen a que se les acabe la beca que a costillas de los pobres y necesitados llenan sus neveras y bolsillos.
Pierden el tiempo los que atacan sin sentido ni pruebas. El pueblo ya aprendió demasiado, conoce a los politiqueros y los sabe distinguir de los políticos. Ya en la calle se escucha que con Jaime Araque nace una nueva esperanza para el estado Anzoátegui.