Ataques y amenazas contra Guaidó

La obsesión del gobierno contra Guaidó no la pueden esconder, por más que lo califiquen de imbécil o bobolongo, no lo han podido destruir. Ni siquiera los planteamientos de Capriles y Julio Borges han dañado su imagen.la certificación dada por voceros del gobierno de Los Estados Unidos aclarando y asegurando que Juan Guaidó no manejó dinero alguno, acabó con el argumento de calificarlo de ladrón.

Mas que un laboratorio, la intensidad de los ataques por poco crean una escuela del pensamiento anti Guaidó. La cuestión no es solamente desde Miami o Alemania con comunicadores que manifiestan estar contra Maduro, pero exclusivamente se dedican a criticar todo lo que hace o deja de hacer Guidó. Los operadores también los hay en la provincia venezolana.

Algunos sacados del baúl de los recuerdos, hay señores que utilizan las redes a nivel del fastidio para descalificar, después de haber estar desaparecidos por largo tiempo alguien les prendió los motores y comienzan activar las 24 horas del día. En Puerto La Cruz del estado Anzoátegui un ex parlamentario de apellido Zapata, hasta se autonombró coordinador regional del referendo, llamó a una movilización y apenas asistieron diez personas.

Casi culpa a Guaido por el fracaso de su marcha, manifestando que mientras al revocatorio no se apoyara con movilizaciones no habría la suficiente presión para ejecutarlo. Cuando el CNE cambia las reglas del juego, se queda desarmado intentando culpar de todo a Guaidó. A todas estas no le hace oposición, ni al alcalde del Puerto, ni al gobernador, mucho menos al propio Maduro.

Pendiente de lo que dice Guaidó, no ha terminado de manifestar el líder de oposición sobre la elección de un candidato presidencial mediante primarias y enseguida llama la atención, que eso no resuelve los errores, que la convocatoria debe ser para elegir las autoridades de la oposición, en las redes comienzan a llamarlo alacrán. Su defensa fue que él era más inteligente que Guaidó y muchos de esos dirigentes nacionales.

Por momentos algunos irrespetuosamente le trataban con sarcasmo, proponiéndole inclusive se lanzara a la presidencia. El día que Guaidó convocó para la movilización el 12 de febrero, no dijo nada. Se le acabaron los argumentos. Reapareció posteriormente en las redes negociando un apartamento, pues había montado una oficina de bienes y raíces. Probará suerte a ver si vende más que sus pensamientos.

Por su parte los voceros del gobierno nacional quedan desarmados cuando Guaido pide sean suspendidas las sanciones económicas. No encuentran que decir al quitarle una de sus principales banderas de lucha y excusa para justificar el fracaso de la gestión de Maduro. En ese momento sacan quizás lo que podría ser su última carta. Hay que apresar a Guaidó. Allí se la jugarían completa. Topo a todo dirían.

Mientras tanto sucede esa vergüenza de la detención de diputados, alcaldesas, fiscales y otros más con el caso el contrabando del combustible y la incautación de droga. Por segundos pensé que también iban a culpar de cómplice a Guaido. Ahora quieren vender este operativo como una proeza de Maduro en esa lucha contra la delincuencia. No encuentran como borrara que son chavistas.

Diosdado no se podía quedar atrás afirmando que se llevaría a cabo una revisión profunda en las filas del Psuv. Hasta dónde llegará esa revisión. En Barcelona todavía se está esperando los resultados de la denuncia pública realizada por la exalcaldesa Yohana Pérez, sobre la supuesta desaparición de 21 millones de dólares, provenientes de los impuestos recaudados básicamente en el Criogénico de Jose.

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1587 veces.



Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

Visite el perfil de Claudio Schiveci para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Claudio Schiveci

Claudio Schiveci

Más artículos de este autor