Auditórium

Desde Anzoátegui: ¡Morir de mengua!

"La grandeza de un pueblo no se mide por el número, como la grandeza de un hombre no se mide por su estatura: su medida es la cantidad de inteligencia, y de virtud que posee". Víctor Hugo.

Se dice que de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno. Quizá alguien pudiera decir eso en referencia a los "servicios de salud" debido a los altos precios de las clínicas impulsados por la hiperinflación, o por algunas de las causas de la caída de los empleos productivos en el país. Pero yo dudo mucho de esas buenas intenciones. Es fácil ver que en todo esto, hay una enorme dosis de resentimiento, y de odio, como ocurre con todas las iniciativas impulsadas por los que se hacen llamar revolucionarios en posiciones de poder. Es cierto que la vorágine depredadora por el dinero de ciertos médicos, y clínicas que abusan, tal como abusan algunos vendedores, y comerciantes inescrupulosos. Pero eso no significa que todos los médicos sean unos especuladores o unos simples mercachifles. La inmensa mayoría de los médicos venezolanos están conformados por hombres y mujeres honrados, que se dedican con vocación a sanar a la gente, y que han sacrificado buena parte de sus vidas para cumplir con una auténtica vocación de servicio. Es algo de lo que podría dar fe en cualquier instancia de esta vida, o en la otra vida, si la hay. Hace 10 años en el 2011 al 2013, fui intervenido quirúrgicamente 5 veces debido a un cáncer, y sometido a más de 20 tratamientos de quimioterapia. Las cirugías las cubrió Sicoprosa de pdvsa, así como los tratamientos posteriores, y otros gastos como viajes, hoteles, alimentación, acompañamientos, medicamentos de emergencia, para cubrirlos, me llevó a vender propiedades, por los que simplemente ya no tengo recursos, para enfrentar nuevamente esta terrible enfermedad, en aquella época estoy hablando de unos 300.000 $. Los médicos de las mejores clínicas de Caracas que me trataron, que son de los más capaces, y competentes con los que cuenta Venezuela, me demostraron el mayor profesionalismo imaginable, y pude cumplir mis tratamientos con los recursos económicos de que disponía, y que me han permitido vivir 11 años más. Yo sé que mi caso no es excepcional.

Hoy al no poder cumplir con los chequeos anuales oncológicos por la grave situación del país, y la eliminación de Sicoprosa el extraordinario servicio de salud que tenia pdvsa, y la sospecha del reaparecimiento de esta terrible enfermedad nuevamente, y ya no tener mas activos que vender, lo que me queda es encomendarme a dios. Las clínicas privadas cobran caro, sí, entre otras cosas por el deplorable estado del sistema público de atención hospitalaria, que obliga a muchísima gente a buscar curación en las clínicas privadas porque en las públicas la gente se muere de mengua. Y debido a esto aumenta de manera exagerada la demanda de los servicios, y la presión excesiva de la demanda sin, poder el sector público, expandir la ampliación de la oferta, por eso los precios crece exponencialmente. La solución no está en forzar la barra, en mi caso no puedo obligar a las clínicas privadas a bajar los precios, porque el sector publico no pudo en tantos años aumentar la oferta mediante la construcción, dotación, y mantenimiento de buenos hospitales públicos, que es algo que el gobierno no estado a la altura del compromiso en hacerlo, porque en el gobierno existen personas con pocas luces, con poca capacidad, con poca competencia. Un gobierno no puede estar rodeado de fracasados, y resentidos que no trabajan, ni dejan de trabajar. Que no quieren trabajar. Que prefieren politiquear, y atropellar, a los demás, a los que sí quieren, y sí saben trabajar, lo que han conquistado, y han logrado con sus esfuerzos surgir. No hay que ser brujo, ni mago, ni tener dotes sobrehumanas para adivinar, lo que va a pasar si esto continúa así: El Gobierno de Nicolás Maduro, tiene que tomar acciones rápidas en este sector, que ha llevado por los efectos de la hiperinflación, a dolarizar los servicios en muchas clínicas privadas, que hoy son impagables por la clase trabajadora venezolana, y cada día habrá más muertes por falta de atención, y más gente que se muere de mengua, por carecer de seguros en dólares. Es algo que no va revertir la medicina publica con pañitos de agua caliente ni con discursos de baja estofa, Ni mucho menos agrediendo a los médicos venezolanos, ni amenazando a quienes se han formado con esfuerzo, y trabajan con las uñas. La política no puede estar basada en el resentimiento, es un craso error. Es un disparate. Ojalá que toda la clase política venezolana lo entienda.

Con esfuerzo, y responsabilidad hago visibles, los progresos, y retrocesos en nuestros derechos como ciudadanos.

Los hospitales del país, tiene fallas graves de material quirúrgico; dotación de equipos, carencia de reactivos para los laboratorios, los quirófanos la mayoría no sirven, los equipos de rayos X están dañados, y los tomógrafos no funcionan.

Con estas, y otras cifras terribles, queda demostrado que la salud dejó de estar garantizada por el Estado. Hospitales, ambulatorios, y los CDI, carecen de recursos, insumos, equipos, medicamentos, y profesionales de la salud, mantenimiento físico, seguridad, ambulancias e higiene. De allí que es normal oír sobre, la muerte de niños, y adultos mayores, que mueren por enfermedades controlables, si los medicamentos estuvieran disponibles. Eso se debe a que la inversión pública en salud ha disminuido. Esto es una tragedia.

Duele e indigna la insensibilidad de la dirigencia hacia este sector: es muy común ante la muerte de cualquier cristiano por estas graves fallas: "No hay medicina, no hay algodón, pero, si hay dinero para corrupción".



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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