"El que estudia mucho, y te pide respeto con soberbia, es como un ciego enfurecido mirándose en el reflejo del agua. No te dejes mojar de su soberbia porque terminaras rendido a sus pies". Hersson Piratoba.
Desde su elección como alcalde por segunda vez, el pasado 21 de noviembre del 2021 de Ernesto Paraqueima, a esta parte, en la ciudad de El Tigre en el estado venezolano de Anzoátegui, se exacerbaron en la clase política y politiquera de esa ciudad, determinados adjetivos soeces, y escatológicos, que en la vida cotidiana, de los ciudadanos, no eran aquellos que mejor servían para la empatía precisa, pero si expresaban un modo de ser, y de vivir que resultaban incompatible con la inteligencia, la capacidad, y la correcta formación política, y ciudadana, pues el político inteligente, el educado, el que realmente tiene conocimiento, suele actuar con un modo de vivir manifiestamente humilde, consciente de sus virtudes, y conocedor también de sus propias limitaciones, y debilidades.
‘El mono neuronal al que conceden o se apropia de las neuronas de la soberbia, y la prepotencia’, cursa en el político prepotente, alardeando siempre de sus atributos, lo que, le crea o no, sin percatarse que esto lo hace pequeño, y lo convierte en soberbio, arrogante y altanero, cuando consideraba que estos atributos lo hacían más grande de lo que es, y carente de las debilidades, y limitaciones que se le adherían haciéndolo pesado, pequeño, ruin e insignificante, por mucho poder que se creía tener.
Así, si nos dedicamos a soportar el panorama político en la ciudad de El Tigre durante 16 largos meses, donde nuestro alcalde Ernesto Paraqueima, se consideraba adornado por unas virtudes desconocidas, pasando por la del Paraqueima I del 2004-2008, haciendo siempre alarde de una soberbia adecuada a la pequeñez de la neurona que oculta u ocultaba en su cerebro, discurriendo por ciertos seguidores, asesores, y funcionarios aduladores , que carecen de la mínima sensación de humildad, y conciencia de la limitación humana, así se fue desplazando hacia una clase politiquera, y se nos empezó a helar la sangre, pues ni unos ni otros mostraron el más mínimo sentido de la empatía, de la humildad, la modestia, y la sencillez que conceden el conocimiento, la seriedad, y la consciencia de humanidad. Quien esto escribe fue victima de los más bajos, y soeces ataques escatológicos en su diaria cadena radial.
Cuando el nivel de soberbia supera los límites soportables por la sociedad, hace que el político se convierta en un problema a eliminar; de este modo, las actitudes que demostraban este vicio, hacen que el político caiga en desgracia social. Ahí vemos el resultado: "15 años de inhabilitación política, prisión, y un largo juicio penal".
Si observamos la actitud del Cheo-alambrito-Salazar el perverso conciliare intrigante, y chismoso de baja ralea ante el fiasco, previsible, y previsto, del hoy: "ex alcalde Ernesto Paraqueima en prisión domiciliara ", en lugar de asumir el error, aceptar humildemente la falla, y buscar solución, se engría con los honorarios que recibía por el trabajo sucio en contra de mi persona, cuando el ex alcalde en su programa radial amenazaba de forma prepotente a cuantos se atrevían a alzar una mínima crítica para, desde su limitación intelectual, y mental-"confirmada este lunes 8 de mayo del 2008, por el Contralor General, y el Fiscal General, ambos de la República Bolivariana de Venezuela en una rueda de prensa nacional e internacional"-, con arrogancia y fatuidad, empoderándose en el error, y seguir manteniendo el cruel, y descarnado resultado de su excrecencia mental; pero, como el ciudadano Edgar Perdomo Arzola, se encontraba en posición de combate, con la mirada puesta en eliminar a semejante boñiga politiquera, precisamente por su soberbia… aparecía siempre atravesado como las pantaletas, un disminuido ‘intelectual’ llamado alambrito, dándole animo para que continuara con las descalificaciones adhominen, al ex alcalde para seguir en sus ataques descalificatorios, y soeces radiales diarios .
Así, contemplábamos cómo en lugar de buscar que los impuestos municipales destinados al mejoramiento de los servicios públicos mas esenciales de la ciudad, como muchos se lo esperaban, se equipararan con aquellos que se desarrollaban en políticas denominadas, como el de la ciudad mas limpia, o en favor de la captación de la inversión, donde todo acto llevara aparejada la más amplia, y correcta información para el que se somete a él escrutinio publico. Pero lo que apareció fue un empequeñecido mental, fanfarroneando, y afirmando que será de obligado cumplimiento que las obscenas, y corruptas tarifas de Fospuca, y los confiscatorios impuestos municipales con sus coimas incluidas, deben ser cancelados sin Aviso y Sin Protesto, y sin derecho a pataleos. Cuando el adulador, y los socios privados del gobierno municipal en la concesiones otorgadas , lo usan para zaherirle, en lugar de reconocer su error de comunicación, de reconducir su posición, en aras a obtener el objetivo, y reducir la tensión, con la soberbia inaceptable para el ciudadano tigrense, ya perturbado por la actual crisis económica, ante la actitud demencial propia del prepotente, vanidoso, altivo, arrogante, y fatuo carente de cintura política, y de células cerebrales en una errada actividad publica del macho machote, donde se sacaba provecho, se alardeaba del poder y, lo más grave, se favorecía las posiciones de sus socios, y se oxigenaba a un monigote en proceso de asfixia salvándole la vida. Hasta que piso la concha de mango del mural de los niños autistas, a los cuales maltrató diciéndoles: "que cosa tan horrorosa, lo pintaron con las patas". Hasta que le pararon vía judicial, su escatológica diarrea verbal.
Vamos a aceptar que errores los cometemos todos, y que, tanto el ex alcalde, como el alambrito de Mosquete, han sido victimas de su propia maldad, y han pagado caro sus maldades; pero, es importante, muy importante, que aprendan que la soberbia no se perdona por el: "peo de las mariposas sin alma" y que si en la vida es un error, estos actos malévolos, en la política no es más que un peso que te hunde en la cima de Sísifo más cercana, haciendo además que sus maléficos objetivos se alejen aún mucho más de lo que ya estaban. Con este artículo le pongo punto final, a esta espinosa confrontación. Y que Dios nos agarre confesados.