Este alerta no solamente va dirigido a Aguas de Mérida. También pretende llegar hasta los oídos de los gerentes de la Alcaldía del Municipio Libertador y de Malariología. Y tiene que ver con el gigantesco problema del suministro de agua potable y el saneamiento que se vislumbra para los próximos años, en esa parte de la Parroquia Arias que está ubicada entre la margen izquierda del Río Chama y el Parque Sierra Nevada. Esa franja de territorio se extiende longitudinalmente desde La Vega de Santa Antonio hasta La Pueblita, y transversalmente desde El Arenal hasta El Rincón de Lourdes y Los Pinos (la Joya Alta).
El caso es que en esa zona se está produciendo un acelerado proceso de urbanización y de crecimiento demográfico, sin que se hayan previsto las mejoras en los servicios de agua potable y saneamiento. La vieja infraestructura en materia de acueductos y red de cloacas (pozos sépticos), concebida para una zona que años atrás era considerada rural, está a punto de colapsar. De un momento a otro los diques y desarenadores de los acueductos de la Quebrada El Volcán y de la Quebrada La Fría, implosionan. Ni que decir de las condiciones en que se encuentran los acueductos de Alto Viento y Los Pinos.
Los gerentes de las tres instituciones antes mencionadas deben reunirse y evaluar la situación. No pueden esperar más tiempo para comenzar a realizar los diagnósticos necesarios, a fin de poder formular y ejecutar los proyectos que apunten a mejorar el suministro de agua potable y el saneamiento, con un horizonte de tiempo de por lo menos 50 años, porque la ciudad de Mérida tiene en la referida zona a uno de sus principales desahogos.
Los diagnósticos y los proyectos tienen que tomar en cuenta, por lo menos, los siguientes aspectos: 1. Crecimiento de la población y demanda de agua potable y cloacas a futuro; 2. Capacidad de las fuentes de agua existentes que descienden de la Sierra Nevada; 3. Condiciones en que se encuentran los componentes (diques, desarenadores, tanques y redes de distribución) de los diferentes acueductos rurales; 4. Situación en que se encuentran las zonas protectoras de las fuentes de agua; 5. Calidad del agua que se está consumiendo y su relación con el uso de gallinazo y agroquímicos en la zona; 6. Acentuado desequilibrio en la cantidad de agua que usan y consumen los diferentes habitantes de la zona; 7. Proliferación de tomas clandestinas; 8. Obsolescencia de los sistemas de cobranzas del servicio de agua que actualmente están implementados; 9. Inexistencia de una verdadera cultura del agua entre los habitantes que residen en la zona. Así que: ¡Alerta! ¡Alerta! Alerta que camina…
* Mesa Técnica del Agua del Sector 89 La Joya
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