Después de la conmoción causada por la crecida de la Quebrada El Volcán, ha llegado el momento para que los diferentes organismos del Gobierno (con G mayúscula) actúen de manera firme en el Sector de la Cuenca del Chama de la Parroquia Arias. Cualquier otra decisión que se tome, simplemente será demagogia pura y una demostración más de que no se quiere enfrentar la situación como es debido.
La cosa está clarita. El Ministerio del Ambiente e Inparques tienen que echarse un paseito por los predios del Parque Sierra Nevada y revisar cuidadosamente las zonas protectoras de quebradas como La Perla, La Fría, El Volcán, La Divina y otras menores, para saber incluso con cuánta agua se cuenta para el futuro. Por su parte, Inpradem debe realizar una evaluación exhaustiva de los niveles de riesgo asociados al río Chama y a las quebradas ya mencionadas, a fin de que se implemente un plan de prevención de desastres, para ahorrarse eso de la administración de desastres. El impacto de la crecida de El Volcán en algunas comunidades, es un claro ejemplo de ello.
Aguas de Mérida debe realizar un diagnóstico de los diferentes Sistemas (con S mayúscula) de servicio de agua potable y de tratamiento de aguas servidas que existen en esta parte del Municipio Libertador, para proceder luego a formular y ejecutar un proyecto que, al entrar en operación, garantice la prestación de ambos servicios a una población que aumenta cada día más, tanto de forma natural, como por vía de la inmigración.
Minfra y sus similares de la Gobernación y de la Alcaldía deben buscarle una solución integral al problema de la vialidad y del transporte público. Lo mismo deben hacer combinadamente los organismos de los diferentes niveles de gobierno que tienen que ver con salud, educación, vivienda, deporte y recreación, seguridad, etc. Es cuestión de que se dispongan a hacerlo, por mandato de la Constitución Nacional. Por los recursos financieros no se preocupen. El barril de petróleo pronto llegará a los 100 dólares. No permitan que estos sectores de la Parroquia Arias y del Municipio Libertador del Estado Mérida, se conviertan en un depósito de seres humanos.
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