Ahora, conocer la isla de Margarita es más fácil.
Usted pregunta dónde queda Tacarigua y la gente le contesta: "Ahí mismito, después de la valla donde está Morel saludando y diciendo que está pagando más de cuatro mil becas, un poquito más abajo, allí está Tacarigua".
Si usted quiere comerse bien temprano unas empanadas de cazón, usted pregunta dónde estará una vendedora de empanadas y la gente le dice: "Mijo querido, ¿pero tú no conoces la Isla? Allí, al lado de la valla de Morel, donde dice que tiene las cuentas claras y la vida oscura, allí, debajo de la valla, está la vieja Chona que vende las mejores empanadas".
Es decir, que sin quererlo, el maestro –el maestro más rico del país– le ha dado a la Isla una nueva nomenclatura vial, es decir, un nuevo sistema de visualización del estado. Ahora es mucho más fácil encontrar lo que uno anda buscando en Margarita.
Inclusive, escuché una pelea de una señora con su hija que le decía: –Me dijo Fucho que te vieron besándote con Faingo debajo de la valla de Morel que está cerca del cementerio.
–Ese Fucho es un mentiroso.
Qué tiene que decir él, que estaba borracho debajo de la valla de Morel que dice "avenida Llano Adentro". Y la gente decía que adentro lo que tenía eran más de cuatro botellas de ron.
–Yo no sé si será mentira, pero a mí que no me vengan a decir que te vieron otra vez debajo de la valla de Morel. Por lo menos búscate un sitio más decente.
Las vallas están por todas partes. En todos los pueblos. Inclusive, me dicen que hablaron con las autoridades de Conferry para colocar unas vallas dentro de los ferris. Lo importante es que la obra de Morel esté en todo el territorio margariteño.
Ahora en Margarita la gente dice: "Morel y vallas son nuestras primeras necesidades".
Hay vallas llegando a Punta Arenas. Hasta allí, en Macanao, donde se supone que Morel Rodríguez –según Augusto Hernández– más nunca se acercó a esos pueblos. Lo importante es que el gobernador no está presente, pero está la valla.
Los margariteños, que nunca pierden el sentido del humor, cada vez que alguien se despide, le dicen: "Valla con Morel".
Así, con doble ele, como debe ser también el nuevo lenguaje, que junto con la nueva señalización ha venido imponiendo el gobernador Rodríguez en la ínsula Barataria.
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