El próximo alcalde de Valencia

Todo indica que las elecciones del venidero 23 de noviembre constituirán una fase más del proceso de polarización política que se ha verificado durante los últimos años en nuestro país. "Chavismo" y "Oposición" se enfrentarán nuevamente y no habrá espacio para otras opciones.

Valencia -como todas las demás entidades estadales y locales, salvo contadas excepciones- no escapará de esta realidad; y si se repitieran los resultados del referendo del 2 de diciembre de 2007, la abstención alcanzaría el 39,28%, "el chavismo" obtendría el 24,76% de apoyo social y "la oposición", el 35,95%. Es decir, en el uno contra uno sería fácil pronosticar quién resultaría electo como el próximo alcalde de la ciudad, pero la pugna interna que protagonizan varios caimanes en el caño opositor los está aproximando a una derrota que, seguramente, no habían previsto.

Conformada por diversas y múltiples individualidades y organizaciones políticas, económicas y gremiales que no ejercen liderazgo alguno sobre los sectores sociales que adversan al presidente Chávez y que aspiraban contar con un abanderado único, "la oposición" no logró conciliar las ambiciones personales y partidistas que, enfrentadas, demolieron en un dos por tres la supuesta unidad que había comenzado a construirse, al menos, en términos propagandísticos. A fin de cuentas, son varios los aspirantes "antichavistas" inscritos para competir por el ejecutivo municipal: Proyecto Venezuela, que, sin dudas, será el partido que obtendrá la mayor votación dentro del polo opositor, presentará un candidato definitivo cuyo nombre aún se desconoce. El alcalde de Naguanagua, Julio Castillo, insiste en su alternativa y en vencer los escollos jurídicos que truncaron su postulación. CONPACO, por ser la organización que ha gobernado la ciudad desde 1996, no puede ser desestimada; su candidato, Gustavo Urriola, debe lograr una votación importante, aunque insuficiente para vencer. Miguel Cocchiola, empresario maderero que ha desplegado una costosa campaña desde hace algunos años, ha logrado el apoyo de varios partidos tradicionales, como AD, y otros de reciente constitución. Flavio Fridegotto, expresidente de FEDECAMARAS-Carabobo, ha anunciado su intención de "seguir hasta el final", al igual que María Teresa Morín quien ejerció la Dirección de Cultura del actual gobierno municipal. Noé Mujica formó parte del denominado "Grupo de los 7" (también Flavio y María Teresa), conformado por ese número de aspirantes opositores que sugirieron elecciones primarias para dirimir la controversia. Si bien en el pasado contó con el respaldo de un segmento popular "bolivariano", luego de que asumiera sin ambages su condición opositora, Noé perdió su principal base electoral, razón por la cual ahora disputa el mismo universo de votantes que intentan captar los demás candidatos de la pretendida "unidad". Algunos exdirigentes de Acción Democrática y COPEI, entre los que destacan varios miembros del equipo que acompañó a Argenis Ecarri durante su gestión al frente de la Alcaldía de Valencia, conducen la onerosa campaña de la polémica y cuestionada candidatura de Aldala Makled. Desde sus inicios, con su muy roja adhesión publicitaria al socialismo, ha intentado capitalizar el apoyo del "pueblo chavista"; sin embargo, el conocimiento que hoy se tiene de su dirigencia "guanábana" y las advertencias que han hecho desde el PSUV han impedido su crecimiento y auguran el desvanecimiento de su "esperanza". Makled, junto a Sarina Cascone, Lily López y Noé Mujica, conforman el cuarteto de candidatos que respaldan al gobernador Acosta Carlés, e igualmente concursan por ganarse el afecto de los adversarios del presidente de la república, aunque también intentan rasguñar la base socialista, pero con muy pocas, si no nulas, probabilidades de éxito.

Por el contrario, el "chavismo", cohesionado en torno a su líder único, tiene al PSUV como exclusiva referencia partidista -el propio presidente Chávez se ha esmerado en difundirlo desde 2007-, y presentó un solo candidato a la Alcaldía de este municipio: Edgardo Parra, exvicepresidente del Centro de Ingenieros de Carabobo, quien presidió CORPOCENTRO durante los últimos 8 años. El llamado "voto duro rojo" le garantiza un "piso" o "nivel mínimo" que superará el 20% de la población electoral (del registro total de electores), cifra que pudiera ser suficiente para ganar y transformar en bolivariana la alcaldía de este municipio, dada la dispersión evidente y, al parecer, irreversible que resultó del famoso pacto unitario de "la oposición", cuya pulverización podría, además, traducirse en un mayor descontento de sus votantes potenciales, en su consiguiente desmovilización y, por ende, en el crecimiento de la opción socialista hasta niveles insuperables.

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Luis Salvador Feo La Cruz P.


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