La corrupción es una vieja herencia que acompaña a la sociedad desde el mismo instante en que los conquistadores españoles invadieron nuestra América, todo vino originariamente de la vieja Europa, luego la consolidaron los capitalistas del Imperio salvaje del norte. En el comentario anterior tomamos ese referente histórico, para luego ir haciendo las escalas en que se fue cimentando este cáncer que, aún corre por las venas hasta nuestros días, sin que haya aparecido el antídoto contra semejante veneno que ha venido matando las leyes, la conducta, la moral y la ética de la República.
Suficientes razones tuvo nuestro Libertador Simón Bolívar, cuando desde el Palacio Dictatorial de Lima, el 12 de enero de 1824, pusiera en vigencia el Decreto de la Pena Capital a los Funcionarios que hayan tomado dinero de los fondos públicos. SIMÓN BOLIVAR, LIBERTADOR PRESIDENTE, teniendo presente: 1.- Qué una de las principales causas de los desastres en que se ha visto envuelta la República, ha sido la escandalosa dilapidación de sus fondos, por algunos funcionarios que han intervenido en ellos;
2.- Qué el único medio de extirpar radicalmente este desorden, es dictar medidas fuertes y extraordinarias, he venido en decretar, y DECRETO:
Artículo 1.- Todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumarios de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital.
Artículo 2.- Los jueces a quienes, según la ley, compete este juicio, que en su caso no procedieren conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena.
Artículo 3.- Todo individuo puede acusar a los funcionarios públicos del delito que indica el artículo 1.-
Artículo 4.- Se fijará este decreto en todas las oficinas de la República, y se tomará razón de él en todos los despachos que se libraren a los funcionarios que de cualquier modo intervengan en el manejo de los fondos públicos.
Bolívar, vivió en carne propia las lacras de la corrupción, y sabía que el origen de tan aberrantes males iban a mellar el futuro de las repúblicas libertadas por él, su premoniciones siempre apuntaban a la realidad del futuro, y así ha sucedido en nuestra historia. Quizás si nuestro insigne héroe, hubiese vivido más tiempo, hubiera gobernado la patria grande, pudiera haber cortado la corrupción de raíz al haber aplicado la pena capital a los corruptos y sus cómplices.
ETAPA PIONERA DE LA CORRUPCIÓN 1830-1958.
A partir de 1830 Páez inicia su gobierno después de la famosa Cosiata, y, hasta 1958, hubo gobiernos militares y civiles, caudillismo, dictaduras, intentos democráticos sin éxito, algunos, muy pocos quisieron desligarse del yugo imperial, fueron neutralizados y defenestrados, predominaron los afectos y sensibles a los mandatos imperiales, durante esos gobiernos, unos más que otros, LOS TENTÁCULOS DE LA CORRUPCIÓN ESTUVIERON PRESENTES, no olvidemos que la corrupción ha estado siempre ligada, a compadrazgos, tráfico de influencias, el narcisismo, la lisonja, la jaladera de mecate (bolas), la proyección de imágenes y su endiosamiento de presidentes, altos funcionarios, y hasta los de menor jerarquía que hacen comparsa, también caen en los mismos vicios.
En la famosa ley del 10 de abril de 1834, puede pactarse libremente, el carácter usurario, monopolizando las instituciones del Estado, los agiotistas y altos comerciantes importadores, se oponía a la legislación contra estos delitos, pues aprobaban leyes en contra de las mayorías. El 15 de mayo de 1841 se aprueba para completar la ¨Ley de Espera y Quita¨ que exige el consentimiento de todos los acreedores para conceder prórroga o suspender el remate sobre los bienes de los arruinados deudores. Contra el espíritu de aquella legislación destinada a mantener el agio como institución, se pronunciaron los políticos, tanto del campo conservador como el liberal. Fermín Toro, entre los primeros, escribe, -es un hecho palpable que en Venezuela el espíritu de agio, la sed de lucros, por vergonzosos que sean, la práctica de la usura en su más destructora voracidad, ha invalidado a todas las clases del pueblo, con muy poco adelantamiento de los intereses materiales, comparando con las inmensas pérdidas que se han hecho en sentimientos morales-.
Como observamos las élites aupaban el surgimiento de la burguesía industrial, los privilegios y la búsqueda de los mejores negocios y contratos para facilitar el enriquecimiento y los privilegios de la corrupción, y así leemos en la historia de Venezuela, los desarrollos efectuados por cada administración, las obras de construcción, vías de comunicación, edificaciones oficiales, viviendas, construcciones religiosas, pero obras destinadas a consolidar una República libre y soberana, no eran acometidas, habían las limitaciones imperiales, de esta manera llegamos hasta enero de 1958, la dictadura de Gómez facilitó la explotación petrolera al servicio del imperio, Pérez Jiménez, también sujeto al imperio trató de sacudirse con las obras del ferrocarril y hasta ahí le llegó la carrera.
Toda obra de construcción, que era lo que sobresalía estaba bajo las estampas de grandes contratos, sujetos a las comisiones que vienen engrosando los bolsillos de todos los que han crecido en abultadas fortunas conformando los capitales de la burguesía y con ello el poder económico y militar junto con sus aliados de las religiones que se han prestado para arrebatarles a los pueblos sus derechos de una vida acorde con los postulados de la mayor suma de felicidad posible. Podemos imaginar una etapa de 128 años de gobiernos consustanciados con los sectores económicos que mientras más tienen más quieren, como dice el dicho popular, y donde fueron surgiendo nuevos ricos, más por sucesión que por extensión, de tal forma qué podemos esperar de una sociedad privilegiada por el dinero hecho en su mayoría al calor del erario público, al irse apropiando de la banca, el comercio, la industria y todas las actividades que copan la vida de la producción de la oligarquía del dinero. Mala herencia, malas costumbres, dañinos principios, la cultura de la corrupción surgida por las prácticas cotidianas y sin castigo.
OTRA ETAPA DE CORRUPTELAS DESDE 1959 HASTA NUESTROS DÍAS: Cuando los yanquis deciden deshacerse de las dictaduras, para ir dando paso a la ¨Democracia Representativa¨ y burguesa al servicio de sus intereses, los pueblos se abrieron en expectativas, llegó la libertad y nuestros derechos ciudadanos serán reivindicados, las riquezas estarán al servicio de las mayorías excluidas, habrá pan, trabajo, vivienda, tierra, salud y educación; eran promesas lanzadas al pueblo por los políticos que asumieron el poder a través del voto cada cinco años, a la caída de la dictadura de Pérez Jiménez y el surgimiento de la unidad de los partidos que llenos de falsas promesas, desde Nueva York, ya traían la cartilla a imponer una vez que obtuvieran el favor del pueblo. Sabemos los acomodos, reacomodos, pactos, elecciones, rebeldías, insurgencias, ilegalizaciones, suspensión de garantías, presos políticos, torturas, suspensión de garantías, anarquía y muerte.
Cada cinco años se alternaban el poder, los partidos Acción Democrática y Copey, en sus comienzos en comunión con URD, luego surgieron otros frentes políticos que también cordializaron con la hegemonía AD-Copey, y aquellos remanentes de la izquierda reformista que coqueteaban con los llamados status quo, este proceso de acomodos de los poderes políticos, militares, religiosos, económicos para conjugar el absolutismo de la Burguesía que logró llegar hasta 1998, con todo su poder bajo los pretextos de una democracia del pueblo y para el pueblo, esos 40 años estuvieron signados por las diversas formas de corruptelas, los diversos tentáculos que hacían comparsas para agigantar los vínculos de la CORRUPCIÓN.
Trataremos de señalar en orden ascendente y ligeramente los aspectos que más resaltaron los asaltos al tesoro nacional por acciones ilegales y auspiciadoras de la corrupción, en la Junta de Gobierno de 1959, se despilfarraron las reservas con el plan de emergencia, para financiar el ocio y la corrupción, en los comienzos del 60, inicio de la era ¨Democrática¨, se empieza con crisis, devaluación, reducción del 10% en sueldos y salarios en la Administración Pública, anarquía, protestas, represión, se introduce la droga en escuelas, liceos y universidades, persecución a los adversarios, se suspende el Estado de Derecho, comienza la Reforma Agraria con el tráfico de tierras y la corrupción, hasta que sucumbió y fracasó, los contratos de obras públicas y otras realizaciones en ministerios con inversiones sustanciosas y jugosas para beneficio de los traficantes del tesoro público y con ello la presencia del enriquecimiento ilícito para engorde los inescrupulosos y aprovechadores de las riquezas del pueblo.
En la década del 70, le toca el turno a Copey, recibe de AD, diez años de caos, aún hay rémoras de la guerrilla, Caldera logra una relativa pacificación y algunos comandantes guerrilleros aceptaron las propuestas calderistas, el hampa estaba desatada, surgió la Operación Vanguardia contra la violencia, este duró poco los intereses partidistas en el Congreso lo paralizaron, siguieron los contratos millonarios de las obras públicas, continuó la apropiación de las finanzas públicas a través de las influencias y los funcionarios corruptos, concluyó Caldera con denuncias de manejos dolosos de fondos, hasta se quemaron archivos en Miraflores.
En los comienzos de 1974, asume el poder el señor CAP, comienza la bonanza petrolera y con ello la Venezuela Saudita, la crisis mundial de energía le llegó al nuevo Presidente como anillo al dedo, el embargo petrolero de los países árabes contra el Imperio, este mostró su vulnerabilidad y tambaleo, por las restricciones impuestas, las ansias de los yanquis por no volver a pasar por ese riesgo, era apoderarse o controlar a los productores de petróleo, sacaron sus estrategias y poder para en corto y mediano plazo establecer sus imposiciones.
Entra en acción la oligarquía de los grandes negocios y sus contratos, el gobierno más corrupto de la historia política económica de Venezuela, el gobierno de los doce apóstoles, el de los rascacielos, las torres del Parque Central, emulando a Nueva York u otras ciudades de concreto. Los grupos del poder y control de la industria de la construcción ya estaban preparados para sus grandes negocios, habían contribuido con la campaña de CAP, surgieron los grandes bancos y sus banqueros, el Latino, Royal, Metropolitano, Occidente, Nacional de Descuento, surgen instituciones hipotecarias, compañías de seguros, empresas inmobiliarias que manejan con soltura los doce apóstoles concentrando la oligarquía financiera, la vivienda popular, fabricas de pinturas, cementos, monopolios de los vehículos, la Bolsa de Caracas. Las concentraciones de capitales entre el Estado en combinación armónica con los grupos de poder económico, Vollmer, Mendoza, Tinoco, Domínguez y compañía, Pérez Briceño, Febres Cordero, Espejo, Delfino y otros tantos acomodados y surgidos al calor de los ingresos petroleros, Diego Arria y su crecimiento económico al frente del Centro Simón Bolívar.
Las mil millonarias sumas de subsidios, créditos al agro, la industria, utilizados para compras en Miami, viajes, yates, naves, bacanales, lujos derroches innecesarios, nunca en inversiones productivas, millones y millones sacados del tesoro público y condonado por el ¨Líder tercermundista¨ y figura de los primeros millonarios del mundo, haciendas, hatos, sierras nevadas, cuando Alí Baba y los 40 ladrones acabaron con la bonanza, producto de halagos, dádivas; el propio Presidente quedó perdido en el espacio de sus desaciertos, una vez quebrado empezó a hipotecar con los empréstitos, superando la capacidad del Estado un verdadero desastre administrativo en beneficio de la corrupción.
Se fue CAP, y sus sucesores a pesar del surgimiento de fuertes crisis económicas, siguieron el derroche, con los dólares que desde el imperio venían para hacernos cada día más dependientes, el hambre, el desempleo, la salud, la educación y todo se venía abajo, surgieron las privatizaciones para paliar la quiebra de la República, pues al final ya no había ni para pagar los sueldos y la burocracia. El pueblo se cansó surgió el Caracazo, más tarde asomó la rebelión del 4 de Febrero con Chávez a la cabeza, fracasó en su intento, pero el pueblo interpretó el mensaje y posteriormente por elecciones llegó a donde está actualmente.
LA CORRUPCIÓN NO SE HA PARADO: a diferencia de los anteriores presidentes que encabezaban las corruptelas, Chávez hasta ahora ha dado ejemplo de estadista y sin poder ser señalado ni por sus más enconados enemigos con implicaciones de esta naturaleza. Si muchos de sus colaboradores han salido con malas mañas, recordemos el Plan Bolívar 2000 donde un general se fue con la cabuya en la pata, otros militares en funciones de confianza también cayeron en manejos dolosos del tesoro público, también altos funcionarios que de una u otra forma burlan controles y caen en los tentáculos de la corrupción.
Se han cometido estafas a la nación en los Mercales y al parecer aún hay manzanas podridas dentro que trafican con los rubros alimentarios, azúcar, carnes, granos y otras importaciones donde hay brechas donde entran estos focos de la obtención de ganancias sustanciosas a costa del Estado y del pueblo. En los cuerpos de seguridad, hay debilidades que también entra el cáncer del mal, en algunos sectores militares aún hay la tentación para aprovechar circunstancias favorables a este flagelo, en el SSO, hay rumores de ciertas transgresiones a la Ley en materia de pensiones, y así en otros organismos donde todavía y a pesar de los insistentes llamados del Presidente, hay forajidos que trafican con este grave negocio ilícito. De manera que por evolución este mal aún corroe los cimientos de la República, es la cultura prevalente y arraigada, las leyes han sido y son muy pasivas, los responsables de corrupción cuando los logran identificar se refugian en la política y se van exiliados a disfrutar el producto de su riqueza mal habida; es la triste realidad. Y los del gobierno que traicionan la revolución, hay algunos presos, caso ex -gobernador Yaracuy, otros desaparecen sin rendir cuentas.
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