La Vicepresidenta Ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodriguez, al suministrar el reporte de los casos Covid-19 del día 23 de julio de 2020, se mostró algo balbuceante, dubitativa y preocupada. Y no es para menos. Las cifras así lo indican. A pesar de que, comparativamente, no son extremadamente alarmantes, sí muestran una tendencia al aumento, especialmente en el territorio de lo que se conoce como la Gran Caracas, que comprende, en un sentido amplio, el Distrito Capital y la mayor parte de los estados Miranda y La Guaira, sumando una población equivalente a un tercio de la de Venezuela.
Así como en Chile, después de graves errores de estrategia epidemiológica y de estrategia comunicacional, tuvieron que apelar a la idea-fuerza que denominaron "La batalla de Santiago", para poder contener el embate del coronavirus, también en Venezuela habrá que lanzar "La batalla de la Gran Caracas", para salirle al paso a un foco de contagio que puede adquirir dimensiones inmanejables, tomando en cuenta la dinámica económica y de movilidad poblacional que está de por medio.
¿Qué estrategia va a utilizar el gobierno nacional en los próximos días? Eso debe estar siendo definido en estos momentos, y es de esperar que las decisiones que se tomen sean las más acertadas, porque puede ocurrir que, en el escenario más pesimista, los mecanismos de contención se vean sobrepasados. Ya la fase de caminar en seco ha pasado, y ahora comienza el agua a mojar los pies. Ahora es cuando más se requiere hacer uso de los aportes de la ciencia, de las estrategias epidemiológicas, de las estrategias territoriales de contención, de acertadas estrategias comunicacionales y persuasivas, de la conciencia colectiva y, por qué no, de las plegarias elevadas a José Gregorio Hernández. Y por supuesto, se requiere también de la máxima protección para el personal de salud y para todos los funcionarios de prevención y protección que están en las calles.
