Los anti-vacunas

Acaben de una vez de dejar de perseguir la causa de quienes no deseamos vacunarnos, entre otros motivos porque ni siquiera consideramos lo que se inyecta una vacuna. Las vacunas tardan siempre muchos años en lograrse. Y estas que pasan por tales no van a ser el milagro logrado en meses. Además, ese trance va contra nuestra naturaleza. Pero no solo dispongo de ese argumento subjetivo que debiera ser suficiente si el poder de la clase que sea no tratase a la ciudadanía como a escolares torpes e ignorantes. Es que objetivamente nadie tiene un derecho inequívoco a la verdad. Nadie es dueño de la verdad. No existe una sola persona, un solo grupo o una organización en esta tierra que sepa todo, que abarque todos los datos y todos los hechos y que diga la verdad imparcialmente. Los gobiernos, y los médicos y los periodistas, ambos constituidos en poder desde su habitual corporativismo, y, con toda probabilidad, por instrucciones en cascada recibidas de la OMS, quieren que escuchemos solo unas fuentes determinadas y seleccionadas; fuentes que solo presentan un aspecto de la realidad con argumentos simplistas. Todo fruto de la ingeniería social...

De hecho, pueden hacer que cualquier persona que discrepe de las verdades "oficiales" parezca un irresponsable o un sinvergüenza. Y ello aunque esa persona proteja con su instinto su salud. Los hechos se pueden tergiversar y falsear mediante de una redacción cuidadosa e inteligente. Pero las personas precisamente mayores, y especialmente quienes tenemos más de ochenta años, basculamos entre la idea de nuestro cercana muerte por cualquier enfermedad y no necesariamente causada por este virus, y el desasosiego que nos produciría la inoculación de una pócima que -lo he dicho antes- no consideramos sino "ensayo" de vacuna y que nos sometería a la incertidumbre de cuándo se manifestarían las consecuencias adversas de un mejunje de proteínas. Pues eso sería, justamente, la forma más fatal y al tiempo prematura del no vivir...

Si no les parece bastante convincentes las razones expuestas por las que no queremos vacunarnos, tengo otro paquete de ellas dirigidas a quienes vienen organizando desde hace años un nuevo orden mundial en el que, según su depravado estudio y parecer, no cabemos todos...



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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