A 729 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en el inicio de la semana 105 de esta contingencia, y siendo el lunes 14 de marzo de 2022,como lo señalé en la entrega anterior, quiero permitirme formular algunas reflexiones respecto a los dos años de la contingencia que afronta el país producto de la pandemia global de la Covid 19.
Esto porque en el día de ayer, 13 de marzo, cabe recordar que se reportaron los dos primeros casos de la Covid 19 en el país, de dos personas que residen en el estado Miranda y que regresaban de un viaje en Europa.
Recuerdo que para esa fecha, yo me encontraba en una reunión con mis hermanos de la embajada de la República de Cuba en la República Bolivariana de Venezuela, y uno de los temas que hablamos en la reunión que sostuvimos fue sobre la llegada de estos casos al país y de cómo debíamos afrontar la misma, con algunas ideas y experiencias que ellos se permitieron socializar con este servidor de ustedes.
Después del conocimiento de estos dos primeros casos, cabe recordar que el Presidente Nicolás Maduro de manera responsable nos fue preparando para que, en el marco constitucional, decretaría el estado de alarma, que implicaba, entre otras cosas, la adopción de una cuarentena radical, colectiva y consciente por parte de la población. Cabe recordar que además de los terrible de lo que este virus implicaba, había que tomar en cuenta el bloqueo y el asedio en el país y las dificultades que el sistema de salud en Venezuela atravesaba producto de esta situación.
Luego de que el Presidente firmó el decreto por el estado de excepción por alarma para poder afrontar esta contingencia, lo cual hizo el 15 de marzo de 2020, el día 16 entró en vigencia el decreto de cuarentena radical que en principio entró en vigencia en siete estados de la geografía nacional los cuales fueron Distrito Capital, Miranda, La Guaira, Zulia. Táchira, Apure y Cojedes. Pero al día siguiente la medida se extendió al resto del territorio nacional.
Y así fue implementada hasta casi finales del mes de junio de aquel año, cuando comenzaron ensayos de la flexibilización y a su vez empezaron los retornos de migrantes, lo cual comenzó también a incrementar los contagios y a producir las primeras muertes registradas por la estadística oficial.
Narrar todo eso y con detalles espero poder hacerlo en próximas entregas de esta columna, de hecho ese siempre ha sido uno de los objetivos de la misma.
Pero como arranque de esto, lo haré con un relato que tengo para el día de hoy.
Gracias a mi madre y durante la estancia que he tenido en mi querida Ciudad Guayana, mi madre querida como jefa del CLAP del edificio donde reside me informó que acá en un sector cercano, existe un módulo tipo 1 de Barrio Adentro, y que a partir de hoy lunes 14 de marzo (casualmente cuando recordamos los dos años de la pandemia) ese módulo de Barrio Adentro ahora sería centro permanente de la vacuna de refuerzo contra la Covid 19. Lo cómico es que ese módulo siempre estuvo ahí y yo a pesar de pasar muchas veces por el frente del mismo no me había dado cuenta.
Pero lo más sublime de ello es que al acudir al referido módulo, a eso de las 8:30 de la mañana, la enfermera que allí se encontraba, una anciana muy humilde de nuestro pueblo que me hizo recordar a mis abuelas me atendió tan amable y amorosamente que lo único que me faltó fue ofrecerle un café por tan esmerada atención. En esos 20 minutos que estuve en ese módulo mientras me colocaba mi vacuna, fue muy valiosa la información que esa batalladora de la salud me aportó.
Me dijo que el viernes 11 de marzo, tuvieron un operativo especial y vacunaron a cualquier cantidad de personas contra esta terrible enfermedad. Ahí comprendí el por qué cuando fui no hice cola y el proceso fue muy rápido para mí. Además de la esmerada atención y el amor con el que fui atendido.
Lo más tremendo es que cosas como estas, esos pequeños milagros y esas extraordinarias acciones no son noticia para muchos y muchas.
Y peor aún, que eso que ocurra a pocos metros de donde resido suceda y que uno no tenga la más remota que está sucediendo, me hizo llamarme a la reflexión y debe llamarnos a la reflexión como sociedad.
Ya cuando estoy próximo a retornar a Caracas para retomar actividades en la capital de la República, voy debidamente protegido. Y esto sólo gracias a la Revolución Bolivariana y a la genialidad que tuvieron dos gigantes como Hugo Chávez y Fidel Castro Ruz.
Así como agradecer a ese ejercito de batas blancas, tanto de cubanos y cubanas como venezolanos y venezolanas de bien, que pese a la fatiga que puedan tener, son nuestros ángeles a los que hay que hacerles un especial reconocimiento por esto. Y se los expresa a alguien que es familiar de médico y que en su vida se ha relacionado con muchos y muchas profesionales de la salud.
Pero además de ello, escribiendo sobre estos dos años de la pandemia en Venezuela, debo decir que para el momento en que estas líneas aparezcan publicadas, Venezuela de acuerdo a sus cifras oficiales tiene 518.410 casos registrados desde el 13 de marzo de 2020 y a la fecha, 509.378 personas recuperadas lo que representa un 98,26% y fallecidos 5.658 que representa 1,09% de los casos registrados. Si a eso le agregamos que para el momento en que esta nota salga publicada, el país posee 3.374 casos activos (personas que se encuentran en el sistema de salud tanto pública como privada en el país atendiéndose de esta enfermedad o del virus en caso de estar asintomáticos) son cifras infinitamente bajas comparadas con otros países, si tomamos en cuenta el asedio y bloqueo a Venezuela, sobre todo en el área de la salud.
Y aun como muchos señalan, y en lo personal estoy muy consciente de ello, de que en Venezuela hay subregistro, pues debo expresar que esa situación es a nivel mundial, pero aun tomando este argumento como legítimo, las estadísticas y la gestión de esta contingencia producto de la pandemia global de la Covid 19 en Venezuela no puede ser catalogada sino de ejemplar, pese a ciertos y determinados lunares que siempre habrá, pero que la excepción nunca debe sustituir a la regla.
Pero es bueno que recordemos que, pese a que desde noviembre y a la fecha, el país goza de una flexibilización amplia que la equipara casi a una realidad que era la que vivíamos en los días previos al 13 de marzo de 2020, sin embargo y hasta donde sé, el estado de alarma por el virus aun se mantiene y el Ejecutivo esta prevenido por si debe adoptar medidas como las que en su momento debió adoptar, tanto para salvaguardar la vida de la población y evitar el colapso de nuestro sistema de salud como del equilibrio de las actividades económicas para la satisfacción de las necesidades de nuestra población.
Serían muchísimas las cosas que tendría que escribir sobre lo vivido en medio de esta pandemia. Algunas ya lo he hecho, y otras espero poder hacerlo en las próximas entregas de esta columna.
Pero no quisiera concluir las mismas, sin señalar algo que casi no se dice, pero que considero debe ser dicho, sin ánimos de pecar de inmodestos.
Tomo como mías las palabras de Luis Manuel Hernández, cuando nos recuerda y señala sobre los dos años que tenemos lidiando con este terrible virus y de la adopción de la medida de cuarentena radical para cortar las cadenas de contagios de la Covid 19.
Y hay que señalar que pocas veces una medida tomada de manera oportuna y temprana como ésta ha sido verdaderamente afortunada. Si comparamos la mortalidad por Covid 19 en países como Colombia o Brasil, superan y por mucho a la de Venezuela. A finales de mayo de 2020, la mortalidad en Colombia era 40 veces superior a la de Venezuela, y la mortalidad de Brasil era 300 veces superior. Esas primeras semanas fueron cruciales.
Pero si no me creen, he aquí la gráfica que así lo demuestra
Luego, y sobre todo como consecuencia de la llegada de personas precisamente de esos países, la brecha disminuyó, sin dejar de ser considerable.
Hoy en día, en Venezuela la mortalidad por Covid-19 ha sido 15 o 16 veces menor a la de nuestros países vecinos. Mucha gente, probablemente tu o yo, le debemos la vida a esa decisión.
Y en este momento, además de las oportunas medidas de cuarentena que debieron ser adoptadas, y que la misma no estuvo exenta de ensayos y errores en su momento y que sobre ella volveremos en próximas entregas de esta columna; la conciencia de nuestro pueblo en su disciplina y en observar las normas de bioseguridad, la de hacernos de los correspondientes tratatamientos como el interferón cubano o el carvativir nuestro por sólo mencionar algunos, y complementado con los planes de vacunación en marcha, han demostrado que en el caso de Venezuela hemos logrado no sólo la contención del Sars Cov 2 sino un aplanamiento de los contagios y fallecimientos en las últimas semanas que nos hacen ser optimistas.
De ahí que agradezco a Hugo Chávez, a Barrio Adentro, pero también a Nicolás Maduro, por esa decisión que tomaron para protegernos.
¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!