Suecia es un de los países más innovadores en materia de reciclaje, han reciclado tanta basura al punto de tener que importarla de otros países para que sus plantas de tratamiento sigan funcionando.
Menos del 1% de los residuos domésticos del país fueron enviados a vertederos por año desde 2011.
Suecia al frente en el cuidado del ambiente
Suecia fue uno de los primeros países en introducir un fuerte impuesto a los combustibles en 1991. Hoy su electricidad proviene en un 50% de fuentes renovables.
Así es que también se ocupa eficientemente de la gestión de residuos.
"La gente sueca está muy interesada en estar en contacto con la naturaleza y están conscientes de lo que necesitamos hacer con respecto a la naturaleza y los problemas ambientales. Trabajamos en comunicación y educación durante mucho tiempo para que la gente fuera consciente de no tirar cosas al aire libre sino que reciclaran y reutilizaran", dijo a The Independent Anna-Carin Gripwall, directora de comunicaciones de Avfall Sverige del Sistema de Manejo de Residuos de Suecia.
La pasión de Suecia por la vida limpia no solo abarca la gestión de residuos; también las cadenas alimenticias del país están ocupándose del cuidado del planeta. Por ejemplo, la cadena sueca de hamburguesas Max Burgers lanzó el llamado menú "Green Family" en 2016, que alienta a las personas a elegir comidas con huellas de carbono más pequeñas y ofrece varias opciones vegetarianas y veganas. Max Burgers tiene el objetivo de que el 50% de sus ventas sean vegetarianas a mediano plazo.
Basura para hacer producir energía
Tanto empresas estatales como privadas de reciclaje producen energía que alimenta a una red nacional de calefacción, que mantiene cálidos los hogares de los suecos durante los meses más fríos.
Suecia futurista
La basura no se ve ni se huele. Las ciudades suecas trabajan con sistemas de vacío automatizados en las zonas residenciales, que lleva la basura por tuberías evitando la necesidad de usar camiones de recolección. También se utilizan sistemas de contenedores subterráneos, lo que hace que haya más espacio disponible en la carretera y evite los malos olores y la contaminación visual.