28 de diciembre de 2024.- Científicos venezolanos están trabajando en la búsqueda de blancos terapéuticos a partir de la proteína adaptadora colapsina tipo 2 y disminuir secuelas de accidentes cerebrovasculares (ACV).
Es un proyecto que se inserta en la investigación científica del cerebro y con él pretenden estudiar la fisiopatología del ACV para poder desarrollar nuevas terapias que ayuden a reducir el daño cerebral, destacó en días recientes el Ministerio para Ciencia y Tecnología.
Es una iniciativa que abre el camino para que estas terapias permitan mejorar la recuperación neuronal de los pacientes. En concreto, se quiere evaluar el efecto de las proteínas mediadoras de respuesta a la colapsina tipo 2 (Crmp-2), y establecer un modelo de ACV en animales experimentales.
De esta manera se ahonda en posibles blancos terapéuticos que disminuyan las secuelas de estos accidentes y mejoren la calidad de vida de los pacientes afectados, refiere el Instituto Estudios Avanzados (Idea).
Está dividido en dos fases: in vitro e in vivo. La última incluye establecer un modelo de ACV en ratones simulando la oclusión de la arteria media cerebral, explicó Marinés Longart, una de las líderes del proyecto.
Asimismo, en la fase in vitro, se prueban las diferentes drogas para evaluar su efectividad antes de comenzar a trabajar con los modelos animales. “Esta proteína Crmp-2 que expresamos en bacterias y purificamos, está siendo utilizada para producir anticuerpos y para seguir estudios celulares en cultivos”, puntualizó Longart citada por el Mincyt.
La función de la colapsina tipo 2 es clave para el transporte de mensajeros y endosomas dentro de las neuronas, pero se ha demostrado que puede volverse neurotóxica bajo ciertas condiciones y su “desregulación está asociada con enfermedades como Alzheimer, Parkinson y dolor crónico”, añadió la investigadora.
Otro de los líderes de la investigación es el doctor Juan Carlos Martínez, quien dio a conocer que dentro del proyecto se tiene previsto crear un kit denominado Elisa, que servirá para detectar la proteína en los animales objetos de experimento.
También servirá para los pacientes que han sufrido accidente cerebrovascular y, una vez se confirme la presencia de esta proteína, buscarán tratamientos que sean efectivos.
Apuntó que otro objetivo es producir proteínas neurotróficas recombinantes para favorecer el crecimiento neuronal que podría mejorar la plasticidad cerebral y recuperación posterior a un ACV.
La ministra para el área de Ciencias, Gabriela Jiménez, ha dicho que existe un potencial económico de desarrollar estas proteínas a nivel nacional con una potencialidad infinita y aseveró que se han desarrollado más de siete kits que tienen que ver con enfermedades infectocontagiosas.
“Sé que es un proyecto de investigación a escala experimental, pero la potencialidad es infinita no solo para determinar el nivel del daño, sino la capacidad de recuperación y de terapias alternativas que realmente permitan la recuperación del paciente, ya que más de un tercio queda con algún tipo de discapacidad”, expresó.
Descripción. La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe que el accidente cerebrovascular se encuentra en el grupo de enfermedades cardiovasculares que son la principal causa de muerte en el mundo.
Ocurre cuando hay un bloqueo del flujo de sangre al cerebro o cuando se produce sangrado repentino en él. La gran mayoría de los casos son por la obstrucción de los vasos sanguíneos, lo que se conoce como accidente isquémico. Los de sangrado repentino se le denomina ACV hemorrágico.
Es una situación que puede causar daño cerebral permanente o discapacidad a largo plazo, incluso la muerte. Algunos de los síntomas dependen del tipo y la zona del cerebro afectada.
Puede manifestarse con confusión repentina, dificultad para hablar, dolor de cabeza y problemas para ver por uno o ambos ojos, adormecimiento, debilidad, entre otros síntomas.
En el caso del ACV isquémico, se puede producir en el cerebro y se le llama trombosis, pero también por algún coágulo que se desplaza desde otro lugar del cuerpo, lo que se denomina embolia, acotan los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
Datos
La ministra del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez, en su pódcast, dedicado a hablar sobre este proyecto junto a la doctora Marinés Longart y el doctor Juan Carlos Martínez, subrayó que hay una aproximación de casi 15 millones de accidentes cerebrovasculares en el mundo, la mayoría de ellos son del tipo isquémico y un tercio de estos pacientes sufren secuelas y discapacidad.
Un ACV es una afección muy seria que se debe atender de forma urgente y el tratamiento va a depender del tipo, si es isquémico o hemorrágico, así como del tiempo transcurrido desde que la persona comenzó con los síntomas. Además, los médicos toman en cuenta factores como si el paciente tiene otros padecimientos. Para el isquémico pueden considerarse medicamentos que ayuden a disolver los coágulos que obstruyen el flujo hacia el cerebro, de acuerdo con el NIH.