28 de diciembre de 2024.- Desde las 4 de la mañana comenzó el movimiento de los feligreses en los alrededores de la Catedral de Cabimas, quienes reunidos en masas asistieron a la santa eucaristía del 27 de diciembre a las 7 de la mañana, mientras que a las 8 y 30 minutos recibieron de manos de las autoridades la sagrada imagen de San Benito de Palermo, copatrono de la Costa Oriental del Lago.
Ya en hombros del pueblo y bajo la responsabilidad de 60 cargadores, la venerada imagen del Santo Negro, que celebró su año jubilar, fue llevada a la parroquia Ambrosio en un recorrido de ida y vuelta de 12 kilómetros de distancia.
26 grupos de chimbangueles colocaron el sabroso toque africano a una tradición regional, y con los muchos repique que poseen se fueron con los bailadores y devotos a realizar un recorrido pasando por la calle principal del casco central, el comando del CPBEZ, el centro cívico, siguió hacia la estación de Policabimas, se tomó toda la avenida Andrés Bello, llegó a la Plaza León, luego pasó por el Hospital General de Cabimas y siguió así por toda la Misión hasta llegar a Plaza Los Chimbángles y de allí, el retorno.
Fueron 12 kilómetros de intenso fervor sanbenitero que involucró a toda la colectividad de la ciudad petrolera, que por generaciones vienen rindiendo culto a la sagrada imagen, la cual, desde el primer milagro, quedó enraizada en el acervo cultural de los pueblos petroleros de la Costa Oriental del Lago (COL).
El primer milagro
El primer milagro registrado en Cabimas fue un acontecimiento avalado por todos y no hizo falta la intervención de la iglesia católica, para que fuera una verdad en el inconsciente colectivo cabimero.
Dulvis Muñoz, cabimero hijo del legendario capitán de remolcadores ya fallecido Dimas Muñoz, recuerda las historias de las viejas familias de la ciudad.
“El chorro del Barroso, el pozo que había reventado hacía poco más de una semana, pintó a la ciudad que más bien era un pueblo minero, de negro y todo estaba cubierto por capa del aceite de petróleo”, recordó Dulvis Muñoz.
Fue cuando un grupo de cabimeros se fue a la iglesia, tomaron la imagen de San Benito y con el golpe de chimbangueles se dirigieron hacia el pozo que escupía el hidrocarburo a mares y éste, de repente, se selló.
La fiesta no termina
El año jubilar de San Benito por sus 500 años no termina con esta fiesta, pues continúa el próximo 6 de enero, tanto en Cabimas como en los pueblos del Sur del Lago de Maracaibo y localidades de Trujillo, Mérida y en algunos sectores de Maracaibo.