La "vieja Europa" -término acuñado por el ex secretario de defensa de los EE.UU., Donald Rumsfeld, para referirse despectivamente de Europa- ha aprendido mucho de su jefe mayor, los Estados Unidos, sobre técnicas de manipulación y falsos positivos, útiles, cuando se trata de desviar la atención del mundo, pero sobre todo del pueblo europeo ante la grave crisis por la que atraviesa la Unión Europea (UE). El siempre emulado e “insigne” burgués europeo, Nicolás Maquiavelo, se equivocó cuando dijo: "quien engañe, encontrará siempre quien se deje engañar, todos verán lo que aparenta y pocos lo que es”, pues, esta vez, muchos hemos descubierto la carta que esconde bajo la manga la canalla imperial, utilizada para desviar la atención de la clase trabajadora europea hoy fuertemente golpeada por las medidas económicas draconianas implementadas por los gobiernos marionetas de las grandes corporaciones económicas transnacionales.
La crisis económico-financiera que enfrenta la UE, la expulsión de
gitanos (rumanos) y de ciudadanos extranjeros de toda Europa, así como
también, las últimas movilizaciones obreras del 29-S en todo ese continente;
la rebeldía popular motivada por el quiebre de muchas empresas, la
pérdida de numerosos puestos de trabajos, los recortes salariales y
reivindicativos -el
fin del tan vanagloriado Welfare State "estado de bienestar"
alcanzado por las luchas obreras del pasado-
son motivos suficientes que preocupan a los grupos económicos mundiales.
¡El juego maquiavélico de Europa puede saliese de control!
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