En los Estados Unidos de Norteamérica ya empieza la revolución, porque en ella está en su crepúsculo el capitalismo. Nuestra meta revolucionaria la fijamos en la destrucción de la última ciudadela del imperialismo. Esa derrota arrastrará al Gobierno Sionista de Israel y a la decadente Europa aliados y cómplices del imperio sionista. (Los carroñeros siempre marchan tras los depredadores) Eso de la Comunidad de Naciones Europeas ¿Qué son para el Imperialismo Sionista?... Meras formas, meros medios…—No negamos la importancia de las formas políticas, no negamos la importancia de los medios, porque no podemos despreciar su importancia sí poseen adecuación con el fin—; pero, salvado este aspecto, formas y medios son sólo instrumentos a manejar con arte político para lograr un fin… ¿Cual es el fin de los imperialistas?... Uno, uno sólo, el mismo que mueve hoy a todo ente económico, uno: el Poder, el dominio. No puede ser más argucia política, justificación de una lucha y de una conducta. Servicio, en suma, al imperialismo al que hoy les manda por detentar la fuerza y el poder.
Los alumnos elegidos para cursar en la Escuela del Crimen, se creen elegidos para redentores de la Humanidad, nada menos. El primer curso transcurre para que su fanatismo y su fe puedan superar todo lo que en esa vida imperialista hay de repugnante y bestial, todo lo que los miles de “elegidos” hay de refinada hipocresía, de envidia y de resentimiento, que, además, es cultivado científicamente por la sádica perfidia de un profesorado Sionista descendiente directo de Caín, encargado de la inversión de lo que de sagrado y noble tiene el hombre; de trocar el amor en odio, la humanidad en bestialidad, la mentira en virtud, la verdad en estupidez, el asesinato en heroísmo. Perdonar es allí cobardía, patriotismo es traición y traición es patriotismo. Pues eso es sólo un reflejo de la formación que se les da a los “elegidos”, a los destinados a héroes y dirigentes de la “democracia-sión-americana”. Una oportunidad, acaso la única, que se les brinda. Ser o no ser. Serán asesinos de su autentico yo.
El terror, el terror negativo, como medio de coacción feroz sobre naciones, hombres y masas—el único sentido por el hombre normal, hasta hoy—ha sido superado por los Estados Unidos y el Estado Sionista de Israel. El crimen científico, no sólo como arma para destruir al adversario, sino como medio de lucha para conseguir el dominio, está adoptado sistemáticamente y normalmente.
Por lo que vemos, algo más que un poderoso instrumento estatal hay en esos países. Refinamientos de discreción y enmascaramiento, detalles insospechados, imponderables también, nos dicen que todo lo que allí hay y se fragua es en servicio de las grandes Trasnacionales del Armamento y del Petróleo; esos procedimientos refinados, esos camouflages de la muerte, no riman con la brutalidad de que hacen alarde en sus venganzas. Ellos podrán mentir en sus acusaciones, podrán hacer que se confiese culpable un inocente, utilizaran todos los trucos, por sangrientos que sean, para lograr el éxito de su empresa personal; pero, sobre todo eso, su placer estriba en deshonrar y asesinar públicamente a sus enemigos.
Sus instrumentos la CIA y el Mosad es, lo sabemos bien, unas policías políticas sanguinarias y eficientes, pero son políticas… no sólo objetivamente, como lo son las policías burguesas, sino, y esta es su peculiaridad, también, también subjetivamente. Ese refinamiento y esa sutileza en la eliminación de los dirigentes políticos progresistas no rima con la psicología total del imperialismo, que si son cautos y astutos para atrapar a sus víctimas, no se privan de ufanarse públicamente en su destrucción. Acaso, pensamos, la mayor parte de todo esto sea destinado al extranjero, ya que el crimen político requiere allí precauciones singulares, y de ello tenemos las pruebas con varios casos que encomiendan y en encomendaron.
Podía ser que las tales policías, fingiendo una ortodoxia sión-imperialista, no quisieran emplear el sistema terrorista individual, clásicamente anarquista, condenado por la doctrina de la ONU, y utilizan aquellos medios científicos para, sin contradecirla, ejecutar los magnicidios, disimulándolos bajo las apariencias de “muerte natural”. Es posible, pero tenemos noticias de muchos casos en que cupiera la sospecha. Sin desechar esas posibilidades, y aun aceptándolas para casos aislados, la sensación que nos da ese establecimiento dedicado al “asesinato legal”, “al asesinato como obra de arte”, es la de algo permanente, sistemático, con un orden y una finalidad, y esta apreciación fundamental nos lleva a la conclusión de que eso forma parte de un todo terrible, oscuro, ambicioso en grado tremendo.
La técnica les impone, en aras de la eficacia, rodear de verdades parciales la mentira esencial. Recordaremos que la batalla entre sombras que están librando, en unión de sus aliados y libran contra las naciones que poseen materias primas; y en esa batalla están, no casualmente, no creemos sean tan cándidos para pensar que únicamente en los países árabes pueden sanear su economía. Apuntan también hacia Venezuela. Algo habrá pronto que aun lo evidenciará más, según creemos. Las fuerzas de la libertad se han puesto ya en pie.
Ellos convierten en armas eficaces los prejuicios burgueses… Pero no sólo posee virtudes, la burguesía tiene vicios, hasta vicios nefandos, que la dejan al descubierto para ser atacada por todos sus flancos…, y hasta por su retaguardia. Ellos, utilizan y sistematizan el vicio como arma política. Es rara la persona de alcurnia o de alta posición, que no tiene tara o vicio. Todo es averiguarlo, comprobarlo, adquirir prueba y esgrimirla contra ella. Donde fracasarían amenazas, triunfa siempre un chantaje ejercido con arte. La historia y la experiencia lo acreditan. Y su ley de guerra les dicta esgrimir el arma del asesinato moral, si con su amenaza convierten al indiferente y al adversario en un esclavo.
El terror al imperialismo suprime sabiamente todo cuanto puede elevar y engrandecer a sus víctimas. Sí contadas audiencias públicas les permiten, es para matar moralmente a los reos con su propia vileza antes de darles muerte física; el terror es tan unánime y perfecto que paraliza toda reacción anímica y física, no hay clamor, histeria, lamento ni protesta. Dura tanto el terror, es tal la saturación, que se atrofian los nervios de los reos. Se diría que cuando lo tan temido y esperado llega, y los sicarios se presentan, no son recibidos cual nuncios de la muerte, sino como si por fin ellos abrieran las puertas de la liberación.
Los lacayos del imperialismo se muestran tan apasionados que la idea de subordinación y obediencia en ellos se desvanece, su decisión, valor y crueldad, es algo tan extraordinario y vital que lo sienten como algo intimo y suyo. Acaso, una técnica educacional, refinada, exquisita, diabólica había hecho el milagro de fundir en el mismo individuo el espíritu del político, del profesional, del técnico, del funcionario, con el del fanático, apasionado e ingenioso.
Gringos ¿Go Home?
¿Libertad para Gerardo?
¿Libertad para los cinco héroes de la Humanidad?
Hasta la Victoria Siempre.
Patria Socialista o Muerte ¡Venceremos!
manueltaibo@cantv.net