Desconozco
los acuerdos entre los Mandatarios Hugo Chávez y Manuel Santos, por
el desaguisado que cometió el Estado venezolano con el periodista
popular alternativo Joaquín Pérez Becerra,
director, co-fundador de ANNCOL, página digital revolucionaria,
soberana, sin mordaza y reveladora de la verdad, verdad, de lo que sucede
en Colombia al deportarlo a la hermana República.
A Joaquín Pérez Becerra, se le violaron todos los derechos internacionales que rigen la materia, este ciudadano es naturalizado sueco, y era deber del Estado venezolano notificar de su detención y causales a la embajada de Suecia en nuestro país, situación que nunca ocurrió.
Si Joaquín
Pérez B., tenía alerta roja emanada por la INTERPOL cabe preguntarse:
¿por qué no es detenido en ninguno de los aeropuertos que pisó antes
de llegar a Venezuela? O será que el Presidente Santos fabricó
una alerta roja y da el pitazo a Chávez que Joaquín Pérez B., viajaba
con destino a Caracas y lo detuvieran acusándolo de mil inventos, como
sucedió con la mágica computadora del comandante Reyes.
Este lamentable
hecho ennegrece la revolución bolivariana, y conlleva hacer infinitas
conjeturas, como por ejemplo: ¿tendrá esta acción una relación directa
con la esperada extradición del presunto narco Walid Makled?
Quién suscribe,
respeta la decisión del Estado venezolano personificada por Hugo Chávez,
pero como revolucionario consecuente, humanista, solidario, y soberano
no la comparto, también así lo creo como la mayoría de los
incondicionales lectores de Aporrea.
Por último
quiero señalar, que los verdaderos terroristas no los tocan ni con
el pétalo de una rosa, los que invaden pueblos, matan civiles, mujeres,
niños, ancianos, los que derriban con explosivos aviones asesinando
inocentes, como los que utilizan el poder que les otorga el pueblo para
saciar sus instintos delincuenciales, son exonerados de toda culpa y
solo los pendejos son castigados por falsos positivos.