Siguen los bombardeos continuos y repetidos contra el pueblo Libio, causando la muerte selectiva en forma indiscriminada, pues aunque las bombas lanzadas algunas son inteligentes, bombas arrojadas por los aviones de la OTAN, ellas, -las bombas- no preguntan los nombres, el sexo ni las edades previamente a las personas sobre las que caen sembrando la muerte y destrucción. La metralla de los bombardeos selectivos de la OTAN sobre Tripoli y otras ciudades libias, siembran la muerte, la desolación, y llena de heridas y mutilaciones al pueblo Libio en nombre de la Libertad de los imperios.
¿Cuál libertad? nos preguntamos nosotros al ver como siguen noche tras noche los aviones de la OTAN, con bombas inteligentes y otros instrumentos sofisticados para matar pueblos suministrados alegremente por los EEUU.
Que poca vergüenza la de estos imperios, que como piratas modernos se lanzan al asalto de las riquezas petroleras y acuíferas de otras naciones que son libres e independientes.
Que cinismo el de la OTAN y sus aliados imperiales y no imperiales.
Todos, somos cómplices de que esto continúe sucediendo día tras día, noche tras noche sin parar, las bombas siembran la muerte en espera de que se rinda el pueblo libio y de que el pueblo y su gobierno renuncien a su libertad real y a su independencia verdadera.
Lo más vergonzoso, deprimente y triste de este caso, que viene a ser símil de lo que pasó en Irak, corrijo de lo que está pasando en Irak, y Afganistán, lo terrible es que esto suceda ante la mirada inerme y muchas veces cómplice silenciosa del resto de las naciones. Unas, las más débiles, por temor a las represalias de toda índole que puedan desatar contra ellas. Los más poderosos como: Rusia, China, sin duda por temor a una hecatombe nuclear.
El chantaje atómico, el poderío del más fuerte siempre ha sido las armas que han empleado los antiguos y modernos imperios para someter a fuerza de terror y muerte al resto de los pueblos indefensos.
Pero como ha sucedido desde tiempos inmemoriales en la historia de todos los imperios, los más malos y los menos malos, -imperios al fin- todos han caído víctimas de sus propias contradicciones, ambiciones e injusticias de todo tipo, incluso sufridas por sus propios súbditos nacionales.
Los pueblos ya se levantan como un sólo hombre indignados contra esta injusticia social de estos imperios, no es posible que unos pocos gocen de inconmensurables riqueza y bienestar y muchos vivan rodeados de miseria, de pobreza, de la carencia de lo más esencial para vivir. Por esta razón hemos visto esas gigantescas y espontáneas manifestaciones de pueblo, de jóvenes y viejos en las plazas de España. Protestando en contra de un sistema podrido e injusto que los quiere mantener sumidos en la miseria con el cuento de la «democracia ¿cuál democracia?
De la libertad ¿cuál libertad?
La de morirte de hambre y necesidades. Las viejas estructuras que gobiernan estos imperios se tambalean, ya hoy son insostenibles.
El mundo ya no resiste más la depredación de los imperios industriales del planeta.
Hoy, ya somos víctimas del cambio climático que está experimentando nuestra Tierra, gracias a esta depredación desenfrenada. Terremotos, maremotos, contaminación de toda índole, y ahora la catástrofe de las plantas nucleares de Japón que inunda de radiactividad nuestra cada vez más contaminada y única biósfera terrenal.
Estamos condenados a la extinción, los imperios nos condenan a la muerte, debido a la destrucción de nuestro ambiente, vemos como va aumentando año, tras año el calor, como se derriten los polos Norte y Sur, vemos como se derrite la Antártida, como las aguas de los mares suben su nivel, y como van desapareciendo especies animales para no regresar más a convivir con nosotros. Todo esto gracias a la explotación indiscriminada del planeta, de sus riquezas por las potencias imperiales. Lo mismo está sucediendo con las selvas y con la Amazonia, sus árboles caen día tras día, bajo bajo el poder del hacha y de la sierra mecánica y otras máquinas aún más poderosas manejadas por el hombre y que depredan miles de árboles diariamente causando con esto la depredación del ambiente y el exterminio de las especias animales aún existentes.
Pero todo esto no se hace por el bien no del hombre en si mismo como especie, se hace para que los imperios continúen siendo imperios.
Nuestra existencia esta decidida ya por los imperios.
¡Terminamos con ellos!, o los imperios terminan con la vida en este planeta Tierra.
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